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¿Cómo hablar del bienestar de la mujer con tanta violencia?

Suena inútil y hasta vergonzoso hablar del bienestar de las mujeres cuando todavía en México 70% de las mayores de 15 años reportó haber sufrido algún tipo de violencia en algún momento de su vida, según datos del INEGI del año 2021.Muchas de nosotras procuramos nuestro desarrollo humano, perseguimos la felicidad o luchamos contra los techos de cristal –yo, en particular, me dedico a promover y facilitar el bienestar en las personas y organizaciones–, pero muchas de nosotras vivimos o hemos vivido violencia psicológica (51.6%), sexual (49.7%), física (34.7%) y económica (27.4%).Las consecuencias de esa realidad son devastadoras. La depresión, la ansiedad y muchas otras enfermedades mentales y físicas dañan a quienes vivimos este tipo de experiencias, al punto de quedar imposibilitadas para trabajar, tener una familia o simplemente disfrutar de la vida.Como se sabe, muchos de esos actos violentos provienen las parejas. El 40% de las mexicanas entre 15 y 24 años enfrentaron ya este problema en algún momento de su vida, la mayor parte de estos ataques son sexuales y psicológicos, según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2021 del INEGI. Sucede que en el país todavía 80% de nosotras nos casamos antes de los 25 años de edad.Así, ¿cómo podemos hablar de bienestar, de psicología positiva o de los techos de cristal, si no tenemos la protección mínima para vivir?En el Instituto de Ciencias del Bienestar Integral de Tecmilenio ofrecemos consultoría para generar organizaciones que se centren en el bienestar de las personas y a partir de ahí aumentar la productividad y rentabilidad, y no al revés.En la gran mayoría de esas intervenciones incluimos temas de diversidad y equidad, entre ellos género, porque nuestra cultura todavía lo necesita, y lo necesitará por muchos años. Pero es indispensable también hablar de violencia, pues 28% de las mujeres reporta que ha sufrido este tipo de actos en el ámbito laboral.Un gran pretexto es que el 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, gracias a una resolución de la Asamblea General de la ONU, en 1999.A pesar de los esfuerzos de muchas organizaciones en todos estos años, en general es un problema que sigue invisibilizado.¿Qué podemos hacer?Lo más relevante para generar un cambio es la educación, en primer lugar en casa, sin embargo, en la mayoría de los casos es ahí donde se adquieren los vicios de cometer la violencia o de tolerarla.Los centros educativos formales debemos ser los auxiliadores de esta tarea social. Lo hacemos en Tecmilenio como lo hacen muchas universidades. Las y los jóvenes son los mejores agentes de cambio, receptivos y proactivos. Por ahí debemos empezar.Romper el silencio y buscar ayuda profesional para denunciar el delito o dar soporte a otra mujer que sufre esta situación es otro gran paso.Capacitación especializada. Muchos profesionistas que están en contacto con este tipo de problemas muchas veces no saben qué hacer o no tienen la preparación ética, psicológica o legal para proteger a las víctimas. Hablo de médicos, policías, fiscales, de los mismos abogados y hasta de los jefes de oficina de cualquier organización.Trabajar con religiosos y religiosas. Las diversas iglesias deberían tener protocolos para proteger a las mujeres. Muchas veces los pastores son los únicos que se enteran de la situación, pero se sienten impedidos o no saben cómo intervenir. La situación se vuelve más compleja cuando son ellos los victimarios.Alargar la edad en que nuestras hijas se casan o viven en pareja. Como lo exponen los datos del INEGI, 40% de las mujeres que ya han tenido pareja antes de los 25 años, han sido violentadas.Terminar de construir y perfeccionar el entramado legal que nos protege. Según datos de ONU Mujeres, hasta 2022 sólo 14% de las mujeres vivíamos en países con leyes que protegían nuestros derechos, lo cual disminuye la frecuencia del delito.Las personas que, como yo, nos dedicamos al desarrollo humano, nos sentimos muchas veces frustradas cuando vemos que lo que enseñamos parece un bien de lujo. Hombres y mujeres debemos educarnos, capacitarnos, romper con creencias y sesgos que hemos heredado para lograr el cambio cultural que elimine todo tipo de violencia, especialmente contra la mujer.MGR

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