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Borges dijo

Bien es conocida la opinión de Borges sobre la novela. A la pregunta que al respecto le hace Salvador Elizondo, Borges contesta así: “En general no me interesan las novelas. Fuera del Quijote, naturalmente, fuera de Dickens, fuera de Conrad, fuera de Flaubert, la lectura de una novela ha sido para mí un esfuerzo. Entiendo además que un cuento puede ser esencial; es decir, que todo en un cuento puede servir al fin del cuento. En cambio, una novela, que bien puede abarcar cuatrocientas o quinientas páginas, es imposible sin ripios, sin nexos o eslabones para unir un episodio a otro…”.Puedo ver la verdad en sus palabras sin por eso estar de acuerdo. Él habla de algunas excepciones: Cervantes, Dickens, Conrad. Yo me permito cientos y cientos de excepciones.¿Cuáles son los ripios de Crimen y castigo? ¿Acaso ocuparse del alcohólico Marmeládov, de su muerte, su viuda, su hija? ¿Acaso meter en la trama a la madre y hermana de Raskólnikov? La noche que Sonia se ve obligada a prostituirse poco tiene que ver con los hachazos que caen sobre la cabeza de la usurera; pero la novela quedaría hueca sin el drama de Sonia, sin la tuberculosis de su madrastra, sin Marmeládov atropellado, sin Svidrigáilov pegándose un tiro, desquiciado por tanto desear a Dunia.¿O acaso los ripios se dan cuando Dostoyevski nos dice al inicio que se trata de una tarde muy calurosa de principios de julio?, pues quizás la novela sería la misma si comenzara en una tarde templada de mayo.Quizás para Borges sea un ripio que, cuando Raskólnikov se dirige a matar a la usurera, ha de trasladarse desde su habitación hasta el lugar del crimen y que, al atravesar el puente, mire el río Neva y contemple la radiante puesta del sol. Además pasa por el mercado y observa a los comerciantes.Poe también soltó algunas frases que pretenden marcar la inferioridad de la novela ante el cuento. “Dado que no puede leerse en una sentada, se ve privada de la inmensa fuerza que proviene de la totalidad… Interrumpir la lectura es suficiente para destruir la verdadera unidad”. También parecen palabras ciertas, pero en mis lecturas no he hallado más fuerza en una sentada que en varias sentadas. Cuando termino una buena novela, no siento que se haya destruido “la verdadera unidad”.Ambos emiten una opinión desde su inclinación por el cuento, pero no llevan razón. En el Antiborges, Juan José Sebreli escribe que Borges “no leía a algunos de los más grandes novelistas del siglo XX, se burlaba de Proust y desconocía a Thomas Mann o Musil, entre muchos otros, y hacía ostentación de no poder terminar algunos libros clásicos”.Además de Borges y Poe, muchos otros cuentistas han escrito y pronunciado argumentos en favor del cuento. En cambio, los novelistas no suelen defender la novela porque la novela se defiende sola.AQ

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