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Teresa Ribera: "La Comisión Europea no se plantea retrasar la prohibición de vender coches diésel y gasolina"

La vicepresidenta del ejecutivo comunitario se estrena con un acto en una fábrica de ArcelorMittal en Bélgica para enviar un mensaje a la industria a la que la UE obliga a descarbonizarse en plena competencia con gigantes como China

El Partido Popular Europeo quiere revertir la prohibición de vender coches de gasolina y diésel a partir de 2035

La vicepresidenta de Competencia y Transición Justa y Limpia de la Comisión Europea, Teresa Ribera, rechaza rotundamente que haya un plan para retrasar la prohibición de la venta de coches diésel y gasolina prevista para 2035. Esa fue una de las principales medidas del Pacto Verde Europeo impulsado por el primer gabinete de Ursula von der Leyen y, cuando llegó su aprobación definitiva, se topó con duras resistencias para salir adelante. Alemania lo puso en riesgo y el Partido Popular Europeo y la extrema derecha se opusieron en la Eurocámara. Ahora, en plena pugna con potencias como China, que está inundando el mercado europeo con sus vehículos eléctricos, la presión se ha incrementado.

“No es algo que se plantee la Comisión Europea y no es algo que se plantea prácticamente nadie”, ha respondido Ribera a la pregunta de si el gobierno comunitario está planteándose retrasar la entrada en vigor de esa medida. Según ha publicado el periódico italiano La Stampa, Von der Leyen ha convocado una mesa con el sector del transporte para abordar el 'Plan de acción industrial de la UE para el sector del automóvil'. La intención de la alemana es definir una estrategia a largo plazo para cuestiones como las inversiones o el desarrollo dels infraestructuras del coche eléctrico, pero la industria pondrá sobre la mesa las multas que tendrán que pagar a partir de 2025 por incumplir los objetivos de emisiones y la revisión de la normativa que prevé la prohibición de los vehículos de combustión dentro de una década.

El Partido Popular Europeo ha liderado la oposición a esa medida desde hace meses. “Rechazamos una política de prohibición, como la de los motores de combustión”, estableció en un manifiesto el partido que pilota el alemán Manfred Weber a las puertas de las elecciones europeas del pasado mes de junio. La posición suponía una enmienda a la totalidad para una de las principales políticas de Von der Leyen en su primer mandato: la agenda verde. Pero la presión de la industria y de la derecha está descafeinando en buena medida la ambición. Recientemente se ha retrasado la entrada en vigor de la ley que pretende combatir la deforestación y se han retirado medidas como la reducción del uso de pesticidas ante las protestas de los agricultores.

Ahora los populares europeos han ganado fuerza en la UE. En el Parlamento Europeo pueden armar con la ultraderecha una mayoría alternativa a la coalición con socialistas y liberales que ya han usado en alguna ocasión en lo poco que ha pasado de legislatura. Y en la Comisión Europea catorce de sus miembros, además de Von der Leyen, pertenecen a esa familia política, mientras que cuatro son socialistas y cinco liberales. También hay un vicepresidente de la extrema derecha de Giorgia Meloni.

“La gran pregunta es cómo se puede combinar y acompañar a la industria del automóvil europeo en un proceso de transformación que está en marcha y en una carrera industrial a nivel global que se activó ya hace años”, ha explicado Ribera, que ha rechazado la posibilidad de retrasar la prohibición de la venta de vehículos de combustión: “La estabilidad con respecto a los horizontes temporales, las razones por las que se fijaron esos objetivos siguen siendo válidas y, en principio, no hay ninguna intención de cambiarlas”.

Gesto con la industria siderúrgica en plena descarbonización

Sobre la posibilidad de flexibilizar las multas previstas para el sector de la automoción a partir de 2035 si incumplen los objetivos de emisiones, ha sido menos tajante. “El mensaje más importante hoy es cómo diseñar las estrategias que permitan que el conjunto de la industria del automóvil europeo pueda salir bien de una situación muy complicada con una producción y una entrada en el mercado europeo muy importante de automóviles procedentes de terceros países con una necesidad de evitar nuevas guerras comerciales, pero simultáneamente con una necesidad de garantizar la viabilidad de una industria que es fundamental no solamente desde el punto de vista del empleo sino también desde el punto de vista de la innovación y de las soluciones a las demandas de movilidad que tienen que ser crecientemente descarbonizadas”.

Ribera se ha pronunciado así en su primer acto público como vicepresidenta de la Comisión Europea al que ha acudido con el también vicepresidente para la Prosperidad y la Estrategia Industrial, Stéphane Séjourné. Ambos, junto al primer ministro belga, Alexander De Croo, han visitado en Gante una fábrica de ArcelorMittal, que es una de las grandes de la industria siderúrgica europea que están enfrentando problemas precisamente por la competencia de China y que ha decidido congelar las inversiones en tecnologías limpias en la UE hasta conocer los planes de ayuda de Bruselas. La intención de Von der Leyen es presentar un Acuerdo de Industria Limpia en los primeros 100 días del mandato.

“Sabemos que las razones por las cuales implementamos toda la estrategia verde son más importantes que nunca y son buenos impulsores para la innovación, la adaptación y la actualización de las capacidades industriales. Sin embargo, también sabemos que hay muchos desafíos por delante que deben abordarse de manera coherente”, ha señalado Ribera, que ha reconocido ser consciente de la “presión energética” y la “sobrecapacidad de producción” de materiales como el aluminio y el acero por parte de otras potencias. “Necesitamos garantizar un campo de juego equitativo y la oportunidad de desarrollar y garantizar que estas instalaciones permanezcan en Europa”, ha sentenciado.

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