Arqueología peruana para los más pequeños con el Museo de Arte de Lima y Pichoncito

Un viaje al pasado para conocer, a todo color, cómo y dónde viajaron los antiguos peruanos, qué construyeron, qué pintaron, qué nos dejaron como legado. Esa es la propuesta del libro Culturas milenarias del Perú: 5000 años de historia, desde Caral hasta los incas (Ediciones Pichoncito, 2024), dirigido para los menores de la casa y donde los más grandes podrán recorrer el maravilloso legado de las civilizaciones y culturas que habitaron el territorio del antiguo Perú.

Con la investigación y asesoría de Cecilia Pardo (docente de la Universidad del Pacifico), la redacción de Yesenia Silva, las ilustraciones de Melissa Siles y la labor del equipo del Museo de Arte de Lima (MALI), hay mucho por conocer en nuestra tierra de tanta historia y tanta cultura.

Conversamos con la docente y reconocida curadora de arte Cecilia Pardo sobre este texto para toda la familia.

¿Qué tan diferente es escribir un libro sobre arqueología para menores, que hacerlo para otro tipo de públicos? 

Uno de los aspectos es el lenguaje utilizado. En el caso de Cultura Milenaria en el Perú hay un lenguaje bastante didáctico, donde intentamos reducir el número de tecnicismos arqueológicos y académicos. Pero es un libro también de interés para los adultos, porque presenta un recorrido de los diferentes capítulos de la historia del antiguo Perú, centrándonos en diferentes casos de estudio que toman investigaciones recientes. Normalmente estas investigaciones no llegan a la currícula escolar, por eso estimo que este libro es una contribución muy importante. Las ilustraciones contribuyen mucho a una lectura más amable.

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¿Hay algún periodo o hecho histórico que es más difícil de contar que otros? 

Siempre hay períodos que son más difíciles de contar que otros, porque hay menos investigaciones asociadas. Si bien el periodo precerámico, arcaico, es un periodo interesante, y largo, no hay mucho material para tratar de entender cómo era el proceso de los recolectores, por ejemplo, o el caso de períodos donde hay sitios arqueológicos que han sido destruidos o no han sido excavados, es decir, donde ha habido mucho huaqueo. En general, creo que estudiar el antiguo Perú es un reto constante y en constante reconstrucción. Todo el tiempo se reescribe, se actualiza. 

Le preguntaba por las diferencias en escribir un libro de este tipo, porque, por ejemplo, hay etapas donde hay episodios violentos, de despotismo, los que de repente son difíciles de narrar, ¿o me equivoco? 

Sí, efectivamente, hay evidencias por ejemplo de sacrificios humanos y lo que hacemos es intentar usar otras palabras. En realidad, probablemente no fueron sacrificios, fueron ofrendas dirigidas a los dioses, ¿no? Como es el caso de las capac cocha, esos sacrificios u ofrendas sagradas durante la época inca…

La ilustración es importante en los libros para los menores.

El ilustrador debe tener la capacidad de generar imágenes que sean de fácil interacción con los diferentes públicos a los que apunta este tipo de libros, desde familias hasta niños pequeños, niños en secundaria. Pero creo que el principal requisito del ilustrador es poder digerir o interpretar toda la información que le dan los especialistas y tratar de aterrizarla en un lenguaje visual accesible. Porque normalmente los arqueólogos y especialistas hablamos en difícil. Entonces, creo que ese es el gran reto de los ilustradores, que trabajan este tipo de libros. 

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La editorial ha hecho un libro similar antes, ¿no? 

Este es el segundo libro que sacamos sobre arqueología. El primer libro se tituló Los Incas, una gran historia que se publicó en el marco de una exposición que curamos para el Museo de Arte de Lima, Los Incas más allá del Imperio, que se presentó en el 2023. Esta vez quisimos contar una historia más completa de las culturas prehispánicas. 

Entiendo que se quiere estimular la curiosidad y el amor por la arqueología y la historia peruana. ¿Eso es posible?

Estamos en un momento donde nos rodeamos de tanta información masiva mediática que no va en esa línea precisamente. ¿Es posible hacerlo? Creo que sí y ese es el reto. Una forma de verlo es que el Perú es una de las cunas civilizatorias, uno de los países cuya riqueza de patrimonio cultural y arqueológico es de las más ricas del mundo. Es sede de una de las culturas más antiguas. Y si miramos al Perú y al patrimonio, y empezamos a conocerlo mejor, lo vamos a poder valorar y proteger y difundir para el mundo. Creo que la cultura y la riqueza arqueológica es un motor de progreso para el Perú, al igual o más que la gastronomía, que ya está instalada de una manera muy sólida. Pienso que las instituciones y los líderes deberían mirar a esta riqueza patrimonial, cultural y arqueológica y destinar los recursos necesarios para valorar y proteger nuestro patrimonio. Pero no solo proteger los sitios, sino proteger la información y difundirla.

¿Hay mucho por hacer?

Hay muchísimo por hacer, muchísimo. Desde proteger los sitios hasta trabajar con los principales países arqueológicos que están un poco reescribiendo la historia e insertar estos contenidos en la currícula escolar, poner más dinero para museos, para exposiciones… el cielo es el límite. Sí creo que estos proyectos, donde ponemos nuestro granito de arena, demandan un esfuerzo muy grande y es el caso de Pichoncito, que ha puesto un gran esfuerzo para esta publicación.

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Usted ha participado en muchas exposiciones como curadora. Participó en la exposición Perú en el Museo Británico de Londres ¿debe ser de las más satisfactorias experiencias que ha tenido?

Sí, fue una experiencia muy grata. Postulé a esta posición y la gané y estuve trabajando tres años en el Museo Británico. Primero, curando esta exposición. Que creo marca un hito en las exposiciones internacionales sobre el Perú. Tanto fue el éxito que pudimos dejar y organizar un espacio permanente para el Perú en el Museo Británico. Hoy lo ven todos los visitantes que van, que son cerca de 27.000 al día. Es el quinto museo o sexto más visitado del mundo. Y se puede visitar una gran vitrina sobre el Perú, que tiene más de 60 objetos de las colecciones del Museo Británico. De hecho, ese ha sido el proyecto más gratificante que he tenido, en términos de ser la embajadora del Perú en un museo británico, donde tienen el Partenón de Grecia, las momias de Egipto, etc.