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Volver a Asturias para empezar de cero: Paola, Edmilson, José Ramón, retornados con un nueva vida por delante

El Gobierno asturiano destina un total de 500 000 euros este año para facilitar el retorno al Principado de asturianos y asturianas que vivan en el extranjeros, o sus descendientes

Poco imaginaba Paola, cuando de muy pequeñita su abuela le cantaba el himno de Asturias y ella tarareaba sin saber lo que era, que acabaría en la tierra de sus abuelos y bisabuela desde su Argentina natal. Al igual que José Ramón y Edmilson, gijonés y brasileño, a quienes Gijón unió hace ya casi veinte años y, tras una década en Brasil, han decidido volver a Asturias, pero esta vez con compañía, la de sus tres hijos.

La historia de Paola, José y Edmilson no tiene nada que ver, ni siquiera comparten país de origen, tampoco de nacimiento. Lo que les une es que los tres han elegido Asturias para seguir construyendo sus proyectos de vida, impulsados, quizás, por la iniciativa RetornAs, que ha puesto en marcha el Gobierno asturiano para posibilitar el encuentro “entre lo que fuimos, somos y podemos llegar a ser”. Los tres, con sus respectivas familias, llevan apenas unos meses en Asturias y todos coinciden en que, a pesar de la añoranza, la adaptación está siendo “muy buena”.

La historia de Paola Andrea Miranda comenzó a escribirse en Bilbao, desde donde su abuelo Juan Alberto zarpó a los 19 años rumbo a tierras argentinas. Abandonaba la localidad asturiana de Infiesto, donde había nacido, en busca de una vida mejor. Era 26 de septiembre del año 1947. El destino quiso que también desde Bilbao, pero dos años más tarde, en el barco Monte Udala, zarpase su abuela María Concepción, de 16 años, en compañía de su madre, Pilar, la bisabuela de Paola. Las dos procedían de Oviedo. Era el 6 de enero de 1949.

Casi 80 años más tarde, el 1 de agosto de 2024, era Paola la que reproducía, pero en sentido inverso, el viaje que había llevado a sus abuelos y bisabuela a su Argentina natal. En su aventura la acompañaban sus hijos y su marido, todos argentinos, venían buscando estabilidad en los estudios y el trabajo, y decidieron hacerlo en esa tierra que Paola solo había acertado a intuir en las historias que su abuela le contaba cuando era pequeña, pero que esta hacía con tanto cariño, que consiguieron calarle muy hondo a aquella niña de apenas tres o cuatro años.

Ahora que ya está en Asturias recuerda con cariño los momentos compartidos junto a su abuela, madre y hermana, en el Centro Asturiano de Buenos Aires, donde iban a comer fabada y donde compartían tiempo con la gran comunidad asturiana que había en la capital bonaerense. “Era como estar aquí”, reconoce sonriendo.

Todos se han adaptado bien, quizás a quien más le ha costado es a su hija, en plena adolescencia, pero tanto ella como su hermano pequeño ya han hecho pandilla en el colegio e instituto. Hay añoranza, claro que sí, se extraña a la gente, también las costumbres, pero todos se han adaptado muy bien porque “la gente en Asturias es muy abierta y solidaria, nos recibieron muy bien”.

Paola y su familia viven en Oviedo, donde cada vez que suena el himno de Asturias, en la plaza de la Escandalera, ella se emociona recordando a su abuela, que fue quien le inculcó el sentimiento de asturianía que, aun a miles de kilómetros de distancia, siempre albergó en su interior. “Haber podido venir con ellos hubiese sido hermoso”, cuenta refiriéndose a sus abuelos, aunque ahora en Asturias se siente más cerca de ellos.

Estudiar, trabajar y formar una familia

Edmilson Rodríguez es brasileño y llegó a Gijón (Asturias) por primera vez en el año 2006, donde residía una amiga. Su madre brasileña y su padre andaluz, emigrado a Brasil a los 19 años, en 1954, junto al resto de la familia, pronto conoció a José Ramón Rodríguez, quien acabaría convirtiéndose en su marido. En Gijón estuvieron hasta 2014, año en el que decidieron volver a Brasil, Edmilson quería estudiar y el sistema universitario en España no le facilitaba compaginar trabajo y estudios.

En los diez años que permanecieron en Brasil la vida de esta pareja experimentó muchos cambios, entre ellos, Edmilson acabó la carrera de Odontología, especializándose en maxilofacial. Trabajaba de ocho de la mañana a seis de la tarde, e iba a clase de siete de la tarde a once y media de la noche. Además, decidieron ser padres juntos, pues ambos ya lo eran de relaciones anteriores, adoptando a tres hermanos y asumiendo, con ello, el que califican como el reto más grande de sus vidas. Así llegaron sus tres hijos, Nicolás, Iza y Nocoly, que actualmente tienen catorce, doce y nueve años.

Empezaban a echar de menos a la familia asturiana. La educación, la sanidad, la seguridad, en definitiva, la calidad de vida de Asturias hacían de la región el mejor lugar para criar a sus hijos y José, que se había ido a Brasil por amor, también tenía ganas de volver. Y así fue cómo decidieron comenzar a preparar la vuelta al Principado.

Llegaron hace unos meses. Para ellos no, pero para lo niños todo era nuevo, y aunque sus padres pensaban que les costaría adaptarse, sobre todo a la comida, la verdad es que lo han hecho a las mil maravillas.

José Ramón, al igual que Paola, destaca la importancia del programa que ha puesto en marcha el Gobierno asturiano para facilitar la vuelta, “te ayuda a rehacer la vida”, dice. Sin embargo, existe una complicación que quienes regresan desde el extranjero exigen que se resuelva con prontitud, pues de ello depende poder llevar una vida digna: la convalidación de los títulos que acreditan la experiencia profesional.

Y es que, según explica Edmilson, él, como odontólogo, está trabajando en la hostelería, pues el Ministerio de Educación aún no convalidó su formación y, por tanto, en España no puede ejercer su profesión. Hace cuatro años que solicitó que sus títulos académicos fuesen convalidados, y aún sigue esperando por ello. Aun así, reconoce la mediación de la Oficina del Retorno en Asturias, gracias a la cual su solicitud está siendo revisada y pronto será informada.

“La forma de devolver el favor que nos hacen facilitándonos volver es poder trabajar y contribuir”, explica Edmilson, quien ha intentado acceder a trabajos de higienista, aun por debajo de su formación, pero no le aceptaban por estar “sobrecualificado” para ellos.

Favoreciendo el regreso a Asturias

Tomando como modelo el plan gallego de emigrantes, el Gobierno del Principado de Asturias se pone manos a la obra para facilitar que aquellos asturianos y asturianas, o sus descendientes, que quieran instalarse en el Principado puedan hacerlo con todas las garantías. El primero de los pasos dados ha sido la puesta en marcha de la Oficina del Retorno, que funciona a modo de ventanilla única en la que se facilita asesoría social, laboral, económica y administrativa a quienes hayan vuelto o piensen en hacerlo. Funciona de forma presencial y telemática para apoyar la integración social y laboral, especialmente, de aquellas personas que se encuentren en situación de especial vulnerabilidad.

Esta oficina es una de las medidas enmarcadas en el Plan RetornAs, actualmente en fase de redacción, que reunirá todas las políticas de apoyo e impulso al retorno, desde las que ya se están aplicando (como las ayudas económicas o la propia oficina), hasta las que se van a fomentar desde la Administración autonómica y aquellas que se articulan desde otras entidades o propongan diferentes colectivos.

El pasado mes de octubre se celebró un encuentro entre la vicepresidenta del Gobierno asturiano, Gimena Llamedo, y algunas de las personas que han retornado a Asturias gracias a la medida puesta en marcha por el Principado, durante el que se pudieron poner en común e intercambiar las experiencias personales de cada uno.

El Gobierno asturiano, que este año 2024 ha destinado un 500 000 euros a este fin, ha modificado además las bases reguladoras de las ayudas respecto a las anteriores, sobre todo, en lo que respecta al tiempo, ya que los beneficiarios llevan menos de diez años en el exterior o son descendientes en segundo grado (nietos o nietas), por lo que estos cambios han resultado clave para aumentar el número de personas que han podido acogerse a estos apoyos.

Hasta el momento suman un total de 138 las personas que volverán a Asturias en los próximos meses, procedentes de países como Venezuela, Brasil y Cuba, prioritariamente, aunque también de Andorra, Alemania, Sudáfrica, Canadá y Francia. La media de edad es de 53 años y muchas de estas personas regresan con sus familias, entre las que hay catorce menores.

Según los últimos datos publicados en el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero del Instituto Nacional de Estadística son en total 142 315 los asturianos y asturianas que residen fuera de España, encontrándose la mayoría, 109 430, en América, seguidos de Europa (30 388), Oceanía (1145), Asia (957) y África (395). La distribución por edades demuestra que 13 344 son menores de 16 años, 85 541 están entre 16 y 64 años, y 43 600 superan los 65 años.

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