Riqueza natural y pobreza económica
Países con pocas riquezas naturales han alcanzado prosperidad económica, por ejemplo, Japón. Por el contrario, naciones con grandes recursos naturales no consiguen aprovecharlos y, más aún, estos son fuente de conflicto y corrupción, entre ellos Nigeria y Venezuela.
Nigeria y Venezuela poseen petróleo; sin embargo, sus habitantes enfrentan limitaciones económicas y pobreza extrema.
Nigeria, con una población estimada de 218,5 millones de habitantes, produce 1,2 millones de barriles de petróleo al día, pero más de la mitad de su gente sobrevive con menos de $1,9 diarios y su producto interno bruto per cápita ronda los $2.162,63.
Nigeria perdió 362 millones de barriles de petróleo crudo entre el 2014 y el 2023 debido a errores de medición, sabotajes y ajustes de producción causados por averías en las instalaciones, según un informe publicado por Transparencia de las Industrias de Nigeria.
Es el décimo país en reservas probadas de petróleo, con 37.000 millones de barriles. No obstante, detrás de ese mar de petróleo, se ocultan décadas de conflictos internos que han desincentivado la inversión nacional e internacional.
Venezuela, por su parte, es miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y la producción promedio es de 922.000 barriles de crudo diarios.
Con 26,4 millones de habitantes en el 2022, fue uno de los países más ricos de Latinoamérica; sin embargo, su PIB per cápita en el 2023 era de $3.659,2.
La corrupción y la caída del precio en la década de los ochenta originaron una fuerte recesión y problemas financieros.
Aunado a lo anterior, el régimen dictatorial venezolano es acusado de graves violaciones a los derechos humanos. El chavismo transformó el Estado para controlarlo de manera autoritaria, provocando la migración de casi 10 millones de personas en el 2022.
La pobreza hace dos años afectaba al 51,9 % de la población, es decir, a 13,7 millones de habitantes.
En contraste, en países con riquezas naturales sin explotación petrolera como Costa Rica, la cobertura forestal y la biodiversidad se constituyen en el oro verde de la nación. El PIB per cápita costarricense es de $13.365 y la población en situación de pobreza alcanza un 21,8 %.
Estos datos comparativos demuestran que la riqueza natural, enfocada en la explotación petrolera y un manejo desequilibrado, produce más penurias que prosperidad en algunos países.
Por eso, Costa Rica debe fortalecer el cuidado de sus riquezas boscosas e hídricas en concordancia con políticas adecuadas de salud ambiental.
Darner A. Mora Alvarado es microbiólogo y salubrista público, director del Laboratorio Nacional de Aguas del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).