Uruguay: una elección «aburrida»
El título elegido para este artículo pudiera, a primera vista, interpretarse como una crítica. Todo lo contrario, se trata del reconocimiento más elogioso que pueda calificar a una elección: aburrida, porque no pasó nada, qué maravilla, especialmente para nosotros, venezolanos, acostumbrados a que cada comicio asemeja un estado de sitio dominado por la ocupación militar del Plan República seguido de anuncios y proclamaciones escandalosamente falsas. Tan falsas que ni los propios aliados ideológicos más cercanos, Lula y Petro, o los gobiernos europeos más comprometidos con la izquierda (España) hayan sido capaces de aceptarlos.
Peor aún, las democracias europeas agrupadas en el Europarlamento, siempre fieles al más puro estilo de “sí pero no», también han hecho saber su descontento.
En nuestro continente, solo México, ya netamente. coqueteando con el comunismo, proclama la vigencia de su “Doctrina Estrada” que -según ellos- acoge el principio de la “no injerencia” que les permita seguir guabineando con el tema de las actas. Para la señora Scheinbaum parece que se esfumaron los principios de la solidaridad, de la cooperación en la defensa de la democracia, etc. A la dama ya se le nota el “tumbaíto” que anuncia dificultades tanto con Estados Unidos como con España y otros gobiernos.
Lo ocurrido en Uruguay el pasado 24 de noviembre con el triunfo de Yamandú Orsi de la coalición Frente Amplio sobre el Partido Nacional, no solo que fue aceptado de inmediato sino que el presidente en funciones Lacalle Pou rápidamente se apersonó ante el vencedor para felicitarlo y ofrecerle su colaboración para el logro de una transición tranquila y eficiente. ¡Qué envidia y qué aburrido! Tampoco hubo arrestos, ni muertos ni proclamas apocalípticas y aunque parezca autoflagelante bien podemos afirmar que fue un evento de primer mundo, lo cual ha sido rasgo distintivo de la cultura política uruguaya que le ameritó el nombre de “Suiza de América”.
El Frente Amplo uruguayo fue fundado en 1971 por el general civilista Liber Seregni. Durante la dictadura militar (1973/1984) fue acosado incesantemente resultando en prisión para su fundador, quien fue liberado en 1984, poco antes del retorno a la democracia.
A título de digresión para oponerla a los “no injerencistas” este columnista, miembro entonces de la Secretaría Internacional de Acción Democrática (cuyo titular era el doctor Enrique Tejera París) junto con sus homólogos de Copei y del MAS hicimos -con otros grupos- todas las presiones internacionales posibles para lograr la liberación de Seregni ocurrida el 19 de marzo de 1984, en vísperas del tránsito hacia la democracia. En la oportunidad hubo un acto celebratorio multipartidista en el Teatro Teresa Carreño de Caracas, en el que este servidor tuvo a honra pronunciar el discurso de orden respectivo. Meses después visitamos al general en sus oficinas, en la calle Colonia de Montevideo, para conocerlo personalmente y conversar sobre la posible ayuda que Venezuela podía prestar.
A mayor abundamiento, en forma multipartidista participamos en la organización de un operativo sorpresa para lograr el ingreso a Uruguay del líder del Partido Blanco, Wilson Ferreira Aldunate, quien permanecía en el exilio desde 1973, mientras en el Cono Sur gobernaban los militares del siniestro Grupo Cóndor tanto en Uruguay como en Argentina y Chile.
De allí en más, como había ocurrido antes, la democracia uruguaya se desarrolló con alternabilidad democrática con jefes de Estado del Partido Colorado (Sanguinetti y Jorge Batlle), del Partido Nacional (Luis Lacalle Herrera y su hijo Lacalle Pou) y del Frente Amplio (Tabaré Vazquez y Pepe Mujica) Envidiable y aburrido.
Todo lo anterior contrasta con la situación en la que hoy se encuentra Venezuela, donde quien ha ganado rotundamente la elección (Edmundo González Urrutia) debe permanecer asilado en España mientras la dictadura de Maduro & Cía. impide de todas las formas posibles una transición pacífica y civilizada, llegando hasta a poner en duda la posibilidad de que dicha transición se efectúe el 10 de enero venidero como lo establece la Constitución.
Así pues, esas elecciones aburridas debieran convertirse en el ejemplo para todo el continente.
La entrada Uruguay: una elección «aburrida» se publicó primero en EL NACIONAL.