Natalia Caniguan y retiro de Desbordes de bandera mapuche: “Son formas de racismo institucional”
Tan solo al asumir y con una mediática puesta en escena, el nuevo alcalde de Santiago, Mario Desbordes (RN), retiró las banderas mapuche y LGBTI+ que mantenía su antecesora, Irací Hassler, (PC), en el frontis del municipio en Plaza de Armas.
Mediante un intercambio en la red social X, con el periodista y escritor mapuche, Pedro Cayuqueo, quién cuestionó la medida, el nuevo edil argumentó que: “Para mí, la bandera de Chile representa a todos los habitantes de esta tierra, y la del municipio a los de la comuna”.
“Poner otras banderas es un gesto que haremos cuando la fecha lo amerita, por ejemplo, además de las que estaban, las del mundo cristiano evangélico, la de los demás pueblos originarios que no estaban y que no reconocen a la que se retiró como propia (incluso en el propio pueblo mapuche donde muchos ven esa bandera como la del Consejo de Todas las Tierras)”, añadió.
Al respecto y en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la investigadora del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas, Natalia Caniguan, sostuvo que, si bien en una primera lectura, la acción de Desbordes puede ser interpretada como un intento por desmarcarse de la administración anterior, “no obstante, los símbolos que utiliza no son de la administración como tal, sino que efectivamente representan, en este caso, a un pueblo o en el caso de las disidencias, representan a colectivos”.
“Ahí más bien lo que se deja entrever es esta postura que suele tener la derecha en Chile que es estar contra la diversidad o estas miradas que no creen en la posibilidad de que podemos convivir, en este caso, indígenas y chilenos en un mismo territorio, y que somos parte del mismo territorio, y que a través de este reconocimiento de símbolos validamos esta presencia“, afirmó.
Caniguan indicó que esta acción, que anteriormente fue realizada en Temuco por el alcalde, Miguel Becker (RN), quién incluso se negó a izar la bandera en el Año Nuevo Mapuche, busca “invisibilizar, oscurecer un poco el discurso de esta chilenidad, donde somos todos chilenos, somos todos iguales, no obstante sabemos que esta chilenidad es superflua o es un discurso que se ha construido y que no es tal, sino que más bien somos diversos, somos diferentes, tenemos once pueblos reconocidos actualmente en el país que están vivos, que están vigentes, que han tenido una historia de despojo, de expoliación y que cada vez que repetimos este tipo de hechos y de situaciones, volvemos a remarcar esta idea de que seguimos dominando, seguimos siendo superiores sobre ellos o sigue una sociedad dominante imponiéndose sobre los pueblos indígenas”.
Respecto que esta negativa provenga de jefes comunales vinculados a la derecha, la investigadora sostuvo que “es un tema bastante profundo en ellos que no visualizan que son formas de racismo institucional que existen o que se van reproduciendo cada vez que tú quitas estos símbolos o generas estas situaciones”.
“Efectivamente bajo esa lógica de somos todos chilenos, somos todos iguales, no nos debiese molestar que se saque o no se saque una bandera o que la pongamos en ciertas fechas o no, pero el trasfondo es que, al final del día, tú no tienes en tu conciencia, no tienes en tu diario actuar, este reconocimiento de la diversidad sociocultural, en este caso del territorio“, explicó.
En esa línea, Caniguan afirmó que “si tú no lo evidencias, si tú no lo manifiestas, ese discurso no permea, sino que seguimos en esta imagen de somos todos iguales. Aquí los pueblos indígenas casi desaparecieron o están extintos o no están en Santiago, que creo que también es algo súper importante, porque muchas veces está ese imaginario de que los pueblos indígenas no debiesen estar en el municipio de Santiago porque están en sus territorios, que el pueblo mapuche esta en la Araucanía o en Bío Bío”.
“Cuando en realidad es al contrario, las cifras nos hablan de que el 70% de la población indígena está en la Región Metropolitana y obviamente eso también lleva a que sea Santiago un espacio donde ellos circulan. Entonces, yo creo que lo problemático del gesto es que reitera la invisibilización de los pueblos indígenas en la sociedad y vuelves un poco a tensionar esta idea de que vivimos en diversidad, que yo creo que es algo que además nos ha costado como sociedad chilena entender. A nadie debiese molestarle que estos símbolos estén en cualquier momento del año, porque finalmente son las representaciones de lo que somos como sociedades, más allá de que uno pueda compartir eventualmente a veces reivindicaciones o no de los sectores”, añadió.
En ese sentido, la investigadora relevó que las comunidades mapuche “no existimos solo para el We Tripantu o para el día de los pueblos originarios, que es cuando generalmente todo Chile se llena de banderas de pueblos indígenas”.
“Los pueblos indígenas estamos día a día, posiblemente en ese municipio trabaje gente con ascendencia indígena, trabajen personas mapuches que han sido migrantes de las diversas generaciones dentro de los procesos, También es una suerte de desconocimiento hacia ellos que están todos los días incluso cruzando Santiago, por los barrios, trabajando en el municipio o en la ciudad”, finalizó.