El Barcelona tropieza ante el Betis (2-2)
Marcando el gol del empate en el minuto 94 podría pensarse que el Betis sacó un punto, y gracias; y así es si tenemos en cuenta el resultado, la puntería. Pero con una visión más amplia, analizando el juego, el conjunto andaluz se llevó un punto merecido e incluso se quedó corto, porque en sus ratos buenos tuvo varias oportunidades claras que no concretó, mientras que cuando el Barcelona logró tener el dominio, se quedaba en la nada, recordando al equipo del año pasado, algo plano y con dificultades para crear peligro.
Los partidos se dan como se dan, y la goleada en Mallorca el martes se desató al final, con el rival ya volcado, pero la actuación global fue regular. Fue peor en el Benito Villamarín, estadio talismán para los azulgrana (siete victorias seguidas llevaban), por tanto el bache de juego continúa. Hasta a Flick se le notaron los nervios, por protestar el penalti que De Jong hizo a Vitor Roque, señalado después de la revisión en el VAR. El neerlandés acababa de salir y no estuvo demasiado acertado. Entró por Olmo, que tampoco está fino y que incluso perdió un diente en un encontronazo con Bartra.
La pena máxima la transformó Lo Celso, para conseguir el 1-1, en lo que los verdiblancos podían considerar un «por fin». Habían arrancado el duelo al ataque y en apenas cinco minutos, Raphinha ya sacó un balón bajo el larguero e Iñaki Peña le paró un mano a mano a Abde. Logró el Barça serenar el juego y tener la posesión, pero no lograba hacer nada importante con el esférico. Sólo una vez lo consiguió, un jugadón, eso sí, que Pedri aceleró con una pared de primeras a Koundé, para que Lewandowski resolviera.
Se marchaba al vestuario el líder con un tesoro que no logró mantener. Hasta el gol de Lo Celso de penalti, fue todavía peor la disposición de los barcelonistas, incapaces de salir de la presión, sometidos y otra vez salvados por Iñaki Peña, que metió una mano espectacular al tiro de Chimy Ávila, después de una «colada» de Abde. Crecía el Betis y además reapareció Isco siete meses después, con lo que el Benito Villamarín se convirtió en una locura.
Lo primero que hizo el malagueño fue un control exquisito, pero el que puso la magia fue Lamine Yamal, apagado hasta ese momento. Justo cuando más lo necesitó su equipo, le fueron todos los balones. En ese sentido, recuerda al primer Messi, que siempre era la solución de urgencia. Se inventó un eslalon para empezar en la que superó a todos los rivales, pero Ferran Torres estaba en fuera de juego cuando le dio el pase. A la siguiente, también señaló posición ilegal el colegiado, pero el VAR lo rectificó y el tanto de Ferran valió. Se lo dedicó a los voluntarios que han ayudado por el desastre de la DANA en Valencia. Flick, que ya estaba en la grada, tiene clara la confianza en sus jugadores y los descansos, por eso pese al marcados, había quitado a algunos de sus mejores hombres, como Lewandowski o Raphinha.
Pero tampoco supo conservar el resultado el Barcelona en los minutos finales, ni ampliarlo. Tocó la trompeta el Betis de nuevo, con el encuentro ya muy trabado, con faltas, parones... El añadido había sido de ocho minutos y a la mitad, dos de que los que había entrado al campo generaron el empate: el centro de Ruibal y el remate dificilísimo de Diao desde el punto de penalti. Sorprendió al portero barcelonista, que no pudo ni tirarse a buscar la pelota.
Sobre la bocina, el Betis empató... Y gracias, o no, según se mire..