El poder de Jill Biden, protectora de un presidente debilitado
Fue, en realidad, la única que dio la cara en uno de los días de mayor oprobio en la historia de la presidencia estadounidense. Su marido estaba en Angola, dejando atrás una sorpresa descomunal: un comunicado en el que anunciaba un perdón absoluto, sin matices, que cubría toda una década de delitos de su hijo, Hunter. Era lunes, y la Casa Blanca estrenaba su decoración navideña. Jill Biden asumió el papel de anfitriona y dueña de la casa. Invitó a familiares de soldados, se paseó entre guirnaldas, belenes y árboles de Navidad, mostrándose serena. Los reporteros le preguntamos insistentemente por el polémico perdón, tomado durante el fin de semana de Acción de Gracias en Nantucket. Queríamos saber si ella había... Ver Más