¿Cómo reaccionan los líderes globales al fin de un régimen ‘salvaje’ que dominó Siria?
París. La caída de Bashar al Asad tras una ofensiva liderada por islamistas marca un punto de inflexión en la historia de Siria, un país devastado por una guerra civil que dejó cientos de miles de muertos. Ante este evento, las reacciones de los líderes globales reflejan tanto esperanza como cautela, al tiempo que revelan los intereses geopolíticos de cada nación.
Cautela y esperanza desde la ONU
El enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Siria calificó la caída de Al Asad como un “punto de inflexión” y expresó una “cauta esperanza” por el inicio de un nuevo capítulo de paz y reconciliación en el país. Este llamado a la unidad contrasta con los desafíos que enfrentará Siria para evitar una nueva espiral de violencia.
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Visiones contrastantes en Occidente
La Unión Europea celebró el fin de lo que calificó como “la dictadura de Al Asad”, señalando además la debilidad de sus principales aliados, Rusia e Irán. Francia, por su parte, instó a la unidad nacional y rechazó cualquier forma de extremismo, mientras Alemania enfatizó la protección de las minorías étnicas y religiosas como los kurdos y cristianos.
Desde el Reino Unido, el primer ministro calificó el régimen de Al Asad como “salvaje” y abogó por una solución política que garantice la paz. Por otro lado, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, atribuyó la caída del mandatario a la pérdida de apoyo de Rusia, lo que demuestra un enfoque pragmático hacia la región.
Actores regionales: prioridades e incertidumbre
Irán, aliado histórico de Al Asad, pidió un diálogo político y destacó la evacuación de su personal diplomático antes de que la embajada iraní en Damasco fuera asaltada. Turquía reconoció que la caída del régimen era resultado de años de conflicto, pero describió al país como “sumido en el caos”.
Israel, por otro lado, celebró la caída de lo que denominó “un eslabón central del eje del mal” liderado por Irán. Este evento podría alterar significativamente las dinámicas regionales, en particular en el frente del conflicto israelí-iraní.
Desafíos y promesas para el futuro
Mientras algunos países como España y los Emiratos Árabes Unidos llaman a soluciones pacíficas e inclusivas, la pregunta clave sigue siendo si Siria podrá evitar una nueva era de caos y extremismo. La reconstrucción política, económica y social será un reto monumental que requerirá apoyo internacional y el compromiso de las facciones internas para alcanzar una transición estable.
El fin del régimen de Al Asad marca el cierre de un capítulo oscuro para Siria, pero el futuro del país dependerá de la capacidad de los líderes globales y regionales para transformar este cambio en una oportunidad para la paz y la reconciliación.