El omnipresente rostro de Bashar al Assad se desvanece
Lo primero que sorprendía era su altura, casi dos metros, después su voz, entre baja y recortada, y por último, su traje gris impecable. En octubre de 2007 Siria no ocupaba apenas espacio en los medios. Las esperanzas de cambio generadas por la llegada del presidente al poder en 2000 se habían estancado y la guerra abierta en Irak eclipsaba al resto de conflictos en la región. Tras una espera de una semana de espera en Damasco, este enviado especial tuvo acceso al Palacio del Pueblo junto a una delegación de periodistas extranjeros para entrevistar al presidente. Los temas domésticos sirios eran una especie de gran tabú en un país hermético donde se ejercía un fuerte control sobre la información,... Ver Más