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La Gran Muralla Verde de China completa un nuevo hito: contener uno de los mayores desiertos del mundo

Domar y contener los desiertos se ha convertido en una prioridad en algunas partes del mundo. Un ejemplo es el desierto del Sahara, que devora más de 7.500 km² cada año, siendo hoy un 10% más grande que hace 100 años. Por eso, en 2005 se propuso crear un cinturón verde de 8.000 kilómetros de largo y 15 de ancho para contener la arena del desierto. Fue un fiasco.

En China también tienen proyectos similares, y acaban de completar uno de los proyectos que llevan ejecutando 40 años y que promete contener un desierto con un tamaño similar al de Alemania gracias a una Gran Muralla Verde de 3.050 kilómetros.

Invasión del desierto. China tiene algunos de los desiertos más grandes del mundo. El de Gobi es muy conocido, pero también está ahí el de Taklamakan. El 85% de este desierto de 337.600 km² son dunas y es algo que, en ciertas épocas del año, genera un trastorno en la población. Las tormentas de arena no son raras, afectando tanto a la vida normal como a la agricultura, pero además el desierto va avanzando, provocando que las poblaciones colindantes se queden sin cultivos.

Gran Muralla Verde. Así, en 1978, China puso en marcha el Programa Forestal de Refugio Tres Norte, una serie de acciones para, mediante cinturones de árboles, contener la expansión de estos desiertos. El de Gobi era uno de ellos, pero también entraba en la ecuación el programa de Taklamakan. Era algo vital para China, pero vecinos como Corea del Norte, Corea del Sur o Japón no lo verían con malos ojos, ya que también sufren los efectos de las tormentas.

Está previsto que el programa se complete en 50 años y el objetivo era aumentar la cobertura forestal del país del 5,05% de 1977 a casi el 15%, así como controlar las tormentas de arena y la erosión. Vamos, frenar la desertificación.

Plantando a lo bestia (y con cabeza). Como leemos en SCMP, tardaron décadas en plantar los primeros 2.700 kilómetros de este cinturón, pero en noviembre del año pasado comenzaron los esfuerzos para plantar los últimos 285 kilómetros, algo que se acaba de lograr. Y es algo que se ha conseguido gracias a un ejército de 600.000 personas que ha trabajado incansablemente para que esto sea una realidad.

Cuando se habla de reforestación, un error que podemos cometer es empezar a plantar sin ton ni son. El problema es que hay que estudiar con qué especies replantamos ciertos lugares, ya que unas se adaptan mejor que otras. En Europa hemos cometido ese error y en China, al menos en esta parte del Taklamakan, han escogido especies resistentes para la zona, como el álamo de Éufrates, el saxaul o el cedro salino.

Resultados. Como podemos leer en Reuters, aunque estos esfuerzos están mejorando el área forestal del país, parece que del 27,2% desertificado sólo hemos pasado al 26,8%. El avance está ahí, pero está claro que hace falta más trabajo y esperar a que el programa de la Gran Muralla Verde concluya en 2050 con un total de 4.500 kilómetros de largo.

Según el medio chino CGTN, actualmente hay distritos que han reducido de 150 días a 50 días al año las jornadas en las que las tormentas de arena eran un problema. Ahora, la idea es realizar labores de mantenimiento en esas nuevas redes forestales para garantizar su supervivencia y, por tanto, la protección de las tierras de cultivo y huertos.

Dudas. Pese a los avances, hay expertos que consideran que estas iniciativas son inútiles. Jennifer L. Turner es la directora del Foro Ambiental de China en el Centro Woodrow Wilson y selañó hace un año que la gente «está plantando muchos árboles para frenar la desertificación, pero luego nadie se preocupa realmente de ellos y mueren».

Además, Xian Xue, experto en desertificación eólica en China, argumentó en National Geographic que «la gente acude en masa a las dunas de arena natural y al Gobi para plantar árboles, los cuales han provocado un rápido descenso de la humedad del suelo y de la capa freática», por lo que el remedio puede ser peor que la enfermedad.

Planes para el desierto. De nuevo, veremos qué ocurre dentro de unos años y si China, por fin, ha ganado la partida al desierto. Por otra parte, hay planes para sacar partido al desierto ya contenido.

La compañía China Three Gorges Renewables Group Co. anunció hace unas semanas una inversión de unos 10.000 millones de dólares para construir un conglomerado de plantas energéticas que permitirá generar 8,5 GW de energía solar, 4 GW de energía eólica y seis generadores de carbón que producirán 660 MW.

Imágenes | Janwillemvanaalst

En Xataka | China ha confirmado que cubrir un desierto de paneles solares cambia el ecosistema. Para bien


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La Gran Muralla Verde de China completa un nuevo hito: contener uno de los mayores desiertos del mundo

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Xataka

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Alejandro Alcolea

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