Ainhoa Arteta, un regalo que el Real Alcázar ha hecho a Sevilla por Navidad
Un año más, Sevilla da la bienvenida a las fiestas convirtiéndose en «la capital de la ilusión» , según la ha bautizado el alcalde de la ciudad. Durante el mes de diciembre, diferentes rincones, calles y espacios de la ciudad se llenan de magia. El Real Alcázar no iba a ser menos, y uno de los puntos más emblemáticos de la capital hispalense ha abierto sus puertas a la Navidad de la mano de la inconfundible voz de Ainhoa Arteta. Las entradas agotadas fueron el presagio de que la noche sería un éxito, y a las 20 horas, la Puerta del León se abrió para recibir a cientos de personas que llevaban esperando en la cola alrededor de una hora. Tan grande era la afluencia, que el concierto empezó 35 minutos más tarde de lo previsto. No todos los días se puede pasear de noche por el palacio real en uso más antiguo de Europa , y los asistentes no solo disfrutaron de la jornada musical, también lo hicieron antes y después, mientras recorrían las zonas habilitadas. Es así como, tras atravesar la Puerta del León, el público pudo recorrer el Patio de la Montería, observando cada detalle del Palacio Mudéjar, que quedó a la derecha a la hora de caminar hacia la galería que daba acceso al Palacio Gótico. En su interior, una vez atravesado el Salón de los Tapices, los asistentes llegaron a la meta: el Gran Salón. Poco después de que cada invitado tomara asiento, Ainhoa Arteta, vestida de negro y algunos detalles blancos, entró junto con Javier Carmena. El público, de edad media y avanzada, en su mayoría, regaló una ovación. «¡Buenas noches a todos! Siento una felicidad inmensa al estar aquí en Sevilla. Estoy muy feliz de volver a la ciudad donde volví a ver la luz, en ese Hospital Virgen del Rocío. En Sevilla fue donde volví a nacer », saludó, haciendo referencia a esos diez días que pasó en la UCI a causa de un cólico nefrítico de gravedad. El lugar donde se celebró el espectáculo también se conoce como la Sala de Fiestas, y este nombre se debe a que fue el sitio que acogió la boda del rey Carlos I e Isabel de Portugal. El Real Alcázar no pudo escoger mejor escenario para celebrar su Concierto de Navidad. Además de inaugurar la I edición del ciclo, con la jornada de anoche , Ainhoa daba el pistoletazo de salida a su nuevo espectáculo navideño. La programación se dividió en dos partes. La primera, la inició 'Cinco canciones negras', de Montsalvatge. « Este ciclo creo que tiene mucho que ver con Sevilla , Andalucía, España y Cuba», explicó Arteta, e incluyó piezas como 'Cuba dentro de un piano', de Alberti, 'Chévere' y 'Canto negro', de Guillén, entre otras. A continuación, Javier Carmena ofreció un solo al piano, donde interpretó 'Mazzantini', la obra de Giménez. Por su parte, el 'Tríptico de canciones' de García Leoz englobó tres trabajos de Federico García Lorca: 'Por el aire van', 'De Cádiz a Gibraltar' y 'A la flor a la pitiflor'. Por último, llegó el turno de cantar a Turina, al que se le rindió homenaje a través de su célebre 'Poema en forma de canciones'. Antes de tocar 'Cantares', Ainhoa Arteta recordó una anécdota en la Feria de Abril relacionada con este tema: «Esta canción la estrené en una caseta hace 10 años. Yo veía a todo el mundo cantar, y quise hacerlo también. Después de varios rebujitos, ya sabéis cómo es la feria, me lancé ». Tras casi 15 minutos de pausa, fue el turno de disfrutar de la segunda parte. Ahora sí, había llegado el momento que todos esperaban: los villancicos. Para dar el toque navideño, la soprano cambió el color negro de su vestimenta por un salmón con brillo. La primera canción, 'Oi Bethleem', hacía referencia a sus orígenes. «Soy una persona muy navideña» , anunciaba, por lo que, teniendo en cuenta que es de Tolosa, Guipúzcoa, un tema de origen vasco resultó ser la mejor opción para empezar. El euskera no fue la única lengua en la que Ainhoa Arteta interpretó los villancicos. «Quería hacer una parte inclusiva, porque a todo ahora se le llama inclusivo. Pero de inclusión nada; de todo, todo», exclamó. Por eso, también lo cantó en italiano -'Mille cherubini in coro'-, catalán -'El cant dels ocells'-, francés -'Cantique de Nöel'-, latín -'Adeste fideles'- e inglés -Jingle bells-. En esta parte también hubo hueco para un solo de piano, y Javier tocó 'Tamborcillo de Navidad', la partitura de Guridi. Como no podía ser de otra manera, el clímax de la noche fue el final, protagonizado por cinco de los villancicos españoles más populares : 'Rin, rin, rin', 'Los peces en el río', 'Madre en la puerta hay un niño', 'Campana sobre campana' y 'Noche de paz'. Lejos de las versiones que el público estaba acostumbrado a escuchar, la versión de Ainhoa, potenciada por su timbre soprano, añadió el toque mágico a los temas que todos conocen. Sin duda, fue una noche inolvidable que Sevilla agradeció con un aluvión de palmas que terminaron siguiendo ritmos flamencos . Era evidente que la cantante lírica no solo ponía voz a las letras, también pasión y encanto a cada pieza. De ahí que su directo transmitiera tanto magnetismo -aunque eso no era nuevo para los asistentes-, sobre todo en estas fechas. Es oficial: la Navidad ha llegado al Alcázar.