No hay lugar para la esperanza en el matadero de Assad: «Eran esqueletos andantes, muertos en vida»
«Mi padre», «mi hijo», «dos primos», «mis tres hermanos», «mi cuñado y mi vecino»… el acceso a la cárcel de Sednaya está colapsado por familiares que buscan a sus seres queridos desaparecidos en esta prisión de máxima seguridad. No importa que los servicios de rescate insistan en que no hay celdas secretas, no importa que los expertos repitan que no quedan ya más presos en el interior. Las familias repasan las listas encontradas en las oficinas de esta prisión en busca de alguna pista sobre los suyos. El problema es que no hay milagros en « el matadero », también conocido como «la prisión roja», por el color de la roca de la montaña. Situada en las montañas al noroeste... Ver Más