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Moncloa se contradice: en privado admite que le preocupa la cuestión de confianza de Puigdemont

La ministra portavoz, Pilar Alegría, llega a una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, en el Palacio de La Moncloa, a 10 de diciembre de 2024, en Madrid.

El órdago de Carles Puigdemont ha causado desconcierto en Moncloa. Este lunes, el recién elegido máximo dirigente de Junts, registró en el Congreso una petición para que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se sometiera a una cuestión de confianza. Una votación que, en caso de perderla, supondría el cese del líder del Ejecutivo.

La primera reacción en el Gobierno fue de sorpresa y estupefacción. Las conversaciones privadas con la formación independentista para aprobar los Presupuestos de 2025 van en buen camino y la reforma fiscal aprobada el pasado noviembre ha acercado posturas, y por eso el asombro fue mayor.

En los días posteriores, distintos ministros han querido restarle importancia al movimiento de los independentistas, pero en privado el tono es otro. Según ha podido escuchar El Chivato, la sorpresa ha dejado paso al temor. En el Ejecutivo no descartan que los de Puigdemont, ahora, vayan en serio.

Las sorpresas en el primer año de legislatura han sido una constante y han visto como Junts votaba en contra cuando daban por hecho que no sería capaz de hacerlo. Entre bastidores, el aroma es de total incertidumbre.

No se atreven a descifrar qué buscan los independentistas con este ultimátum, y, en contra del mensaje trasladado en público, no le restan importancia al intento de moción de confianza que buscan los postconvergentes.

En el Ejecutivo saben que Puigdemont no quiere trasladar una imagen de complacencia entre sus siete diputados en el Congreso de los Diputados y los socialistas, y no saben hasta qué punto puede llegar el expresidente catalán y temen que pueda llegar a forzar una moción que tumbaría el Gobierno.

Solo Sánchez tiene la potestad de presentarla, pero si rechazan hacerlo ya revolotea la amenaza de tumbar cualquier iniciativa, comenzando por las cuentas del Estado que el Ejecutivo insiste en presentar el primer trimestre de 2025.

El presidente de Junts, Carles Puigdemont, en una imagen de archivo.

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