Grupos armados amenazan existencia de Siria
Arrasada por masivos ataques israelíes a instalaciones militares y científicas, así como por disputas de poder entre grupos armados, Siria enfrenta un crítico proceso en el que está en riesgo su independencia, integridad territorial y unidad nacional.
El ejército israelí dijo el martes que lanzó 480 ataques en Siria durante las 48 horas posteriores al derrocamiento del presidente sirio Bashar al-Assad, en lo que califican como los bombardeos más duros contra el país árabe en toda su historia.
Voceros militares del Estado sionista dijeron que atacaron «la mayoría de los arsenales estratégicos en Siria» y estimaron que destruyeron entre el 70 y el 80 por ciento de las armas del antiguo Gobierno. Los ataques israelíes alcanzaron objetivos en toda Siria, incluido el puerto de Latakia, donde destruyeron buques de guerra.
Las agresiones israelíes no son nada nuevo para los sirios, comentó desde Damasco el corresponsal de Prensa Latina Fadi Marouf, pero esta vez los bombardeos fueron intensos, masivos y globales. Estremecieron todas las provincias con destrozos en las capacidades del ejército, construidas desde la independencia de esta nación en abril 1947.
Según fuentes oficiales citadas por Reuters, las fuerzas israelíes avanzaron diez kilómetros dentro del territorio sirio y estaban a solo 25 kilómetros de Damasco. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se atribuyó anteriormente el mérito del derrocamiento de Assad por parte de Hayat Tahrir al-Sham, una rama de Al Qaeda, y celebró el cambio de régimen.
Estados Unidos ha respaldado la apropiación de tierras por parte de Israel en Siria, afirmando también que era una medida defensiva. Aunque Washington afirmó que no estuvo detrás de la rebelión, eso no les ha impedido celebrarla.
Los acontecimientos que se desarrollan rápidamente coinciden con las ambiciones estadounidenses para la región. Sin embargo, el Enviado de las Naciones Unidas para Siria, Geir Pedersen, urgió a detener los movimientos de tropas israelíes en territorios ocupados junto a los bombardeos de objetivos dentro de territorio sirio.
«Lo que estamos viendo es una violación del acuerdo de desconexión de 1974», subrayó el diplomático. «Permítanme subrayar, añadió Pedersen, el claro deseo expresado por millones de sirios de que se establezcan urgentemente acuerdos de transición estables e inclusivos, y de que las instituciones sirias sigan funcionando».
Todavía se desconoce cuánto control tendrá el movimiento armado HTS, calificado por Washington y sus aliados como organización terrorista. Analistas como Ted Snider, columnista habitual sobre política exterior e historia de Estados Unidos en The Libertarian Institute, se preguntan cuánto podrá controlar a los otros miembros radicales de la oposición.
Mucho sigue siendo inestable y mucho está por determinar. Y eso, en la Siria de hoy, es una situación muy volátil y peligrosa, advirtió. Al respecto, circuló profusamente un video en las redes sociales que muestra a presuntos elementos del HTS llevando a cabo ejecuciones de supuestos soldados leales al Gobierno depuesto, en un área rural próxima al pueblo de al-Rabia, cercana a Latakia.
El comandante de la Dirección de Operaciones Militares de las fuerzas del nuevo régimen, Abu Mohammad al Jolani, cuyo verdadero nombre es Ahmed al Sharaa, declaró que sus fuerzas «no dudarán en exigir responsabilidades a los criminales, asesinos y oficiales de seguridad y militares, implicados en la tortura del pueblo sirio».
Según el corresponsal de Prensa Latina en Damasco, «el miedo a las formaciones armadas irregulares influyó en que casi un millón de civiles salieran de Damasco hacia la región costera del país o el vecino Líbano».
Sin embargo, aclaró que «esa sensación de temor comenzó a disminuir de forma gradual por el lenguaje tranquilizante de la comandancia de esas facciones al decir que su misión es proteger a los civiles de todas las confesiones».
La caída del Gobierno de al-Assad debía ser una señal inequívoca para que Estados Unidos deje sin efecto de inmediato su política de sanciones económicas, financieras y comerciales amparadas en la llamada «Ley César», con la que solo consiguió asfixiar a la población siria. Ahora le toca apoyar de manera constructiva o dejar expuesta la hipocresía de su falso apoyo a la democratización.