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El ministro favorito de Dina Boluarte: Morgan Quero

No es la primera vez que Morgan Quero, actual ministro de Educación, nos ofrece opiniones que no están a la altura del cargo que representa. En La República hemos señalado, en más de una ocasión, de que en un país normal Quero no formaría parte de ningún gabinete ministerial, no ocuparía cargo público alguno a razón de sus “torpezas” políticas.

No creo que existan peruanas y peruanos, sin importar las preferencias políticas e ideológicas, capaces de pasar por alto declaraciones, como las de junio pasado, en donde se escuchó a Quero decir que las violaciones a las niñas awajún eran producto de “prácticas culturales”. En aquella ocasión, las críticas, desde todas las trincheras, no se hicieron esperar. Quero salió a los medios y explicó el contexto en que profirió esa condenable opinión y pidió disculpas. A otros, por menos los sacan del cargo. En ningún momento, Quero barajó la posibilidad de renunciar. Esa realidad no estaba ni está en su agenda. Ni a Dina Boluarte se le ocurrió exigirle que deje la cartera.

Como tampoco esa realidad está presente tras lo que le respondió, este pasado miércoles 11/12, a la reportera Laura Ruesta de La República, cuando ella le preguntó, en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, por los fallecidos durante las protestas del 2022-2023. “Los derechos humanos son para las personas, no para las ratas”.

La misma estrategia: Quero nunca quiso decir lo que dijo, más las disculpas del caso. Es decir, se acabó la vaina y a pasar la página una vez más.

Más que torpezas, ligerezas o errores, la recurrencia de barbaridades discursivas del ministro de Educación arrojan una sola lectura posible: no son deslices, ni equívocos, son muestras de violencia activa, no solo de él, sino también de todas las personas que Dina Boluarte, mediante sus operadores, ha puesto en los sectores de Educación y Cultura en este 2024.

Norman Quero forma parte del ala dura de la presidenta y su ingreso al gabinete ministerial se dio en medio del escándalo de los relojes Rolex en marzo pasado. Quero juramentó como ministro el 1 de abril y no es que recién se le estaba conociendo. Ya se tenían noticias sobre su rol en el circuito inmediato de la presidenta Boluarte, quien en las últimas horas viene promoviendo la pena de muerte para los violadores de menores de edad. Ojalá esa firmeza la hubiese tenido cuando Quero calificó de “prácticas culturales” las violaciones a las niñas awajún. No lo hizo, porque en ese entonces lo de la pena de muerte para menores de edad no servía como cortina de humo. Ahora sí lo es a causa de las investigaciones que tienen en la mira a Boluarte.

Con Quero en el Ministerio de Educación, y sabiendo que en cualquier momento este Gobierno puede desaparecer por corrupto, empezaron a verse acciones más repotenciadas que de culturales y educativas no tenían nada. Esta dinámica reveló el nulo interés de los funcionarios de Boluarte en la gestión cultural, o el campo cultural en general, a menos que crean que comprar Chizitos y gaseosas sea gestión cultural.

En esta empresa, las mentiras discursivas están a la orden del día. Por ejemplo, cuando se le retiró en octubre el Premio Casa de La Literatura Peruana al historietista Juan Acevedo, se adujó que el galardón no tenía legitimidad ministerial. Hay que hacer las cosas con legalidad, decían los defensores de aquel despropósito. Pero solo apelan a la legalidad e idoneidad cuando les conviene, “olvidando” que falta de idoneidad hay en los recientes cargos públicos del Minedu y del Mincul: la Casa de la Literatura Peruana y la Biblioteca Nacional del Perú, respectivamente, organismos signados en el Gobierno de Boluarte por la censura.

Lo de Acevedo fue un silenciamiento por sus posturas críticas, del mismo modo lo del Dúo Humala en el Gran Teatro Nacional en octubre, cuyo concierto fue cancelado siguiendo los mismos canales de la violencia activa: al caballazo, no hay concierto.

Este 2024, en lo que respecta a la educación y a la cultura, ya quedó como el año de la censura. Los hechos consignados líneas arriba, son solo un cachito de todos los atropellos cometidos bajo la protección de Boluarte, quien, para sentirse apoyada, buscó aliados en lugar de funcionarios con nivel y voluntad de servicio.

Los elegidos/convocados por Boluarte actúan así porque se sienten respaldados y en tal condición elaboran apologías que desafían al sentido común y esa será la actitud en lo que dure este Gobierno. La fórmula ya la sabemos: no hay principio alguno, solo sirve si estás con Dina Boluarte o no.  Han encontrado una cantera no explotada suficientemente.

 Ningún gobierno le ha hecho tanto daño a la educación y a la cultura como el de Boluarte. En este escenario gris e indignante, Morgan Quero es un brazo fundamental para sus objetivos.

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