Las colectas llenas
Las cestas de las misas de los días 9 y 10 de noviembre no sonaban. Igual que hacen más ruido los carros vacíos que los llenos, también suenan más las colectas humildes que las generosas. A las primeras las delata el choque entre sí de las monedas, que son lo que en conciencia pueden o quieren poner los fieles; las segundas son más discretas porque los billetes de papel caen unos sobre otros y nadie lo escucha. Aquellos días, cuando tanta gente tenía en la cabeza el horror de los muertos, los coches amontonados y las casas llenas de barro que había dejado la terrible gota fría en Valencia , la diócesis de Córdoba había invitado a los fieles a... Ver Más