Presidente del Poder Judicial rechaza invitación de Rodrigo Chaves a debate
El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Orlando Aguirre, rechazó este viernes la invitación del mandatario Rodrigo Chaves a participar en un debate entre los representantes de los supremos poderes.
El magistrado argumentó que es necesario preservar la imparcialidad del Poder Judicial y desmarcarse del contexto político actual, “orientado a movilizar voluntades electorales”.
Aguirre también hizo un vehemente llamado al presidente de la República a evitar “cualquier señalamiento o dinámica que pueda ser percibida como un intento de debilitar la independencia de los poderes del Estado, minando los equilibrios constitucionalmente establecidos con el consecuente resultado de desligitimación ante la ciudadanía”.
El magistrado emitió la respuesta luego de que Chaves le envió un oficio, el 12 de diciembre, al titular del Poder Judicial y al presidente de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias, convocándoles a participar en un debate en vivo, el 9 de enero del 2025, sobre “los desafíos y cambios que debemos llevar a cabo los poderes de la República”.
Se pretendía que el espacio se realizara desde la Casa Presidencial, a partir de las 2 p.m.
No obstante, Aguirre recordó que el Poder Judicial tiene una posición distinta a la del Ejecutivo y el Legislativo. “Nuestra naturaleza y funciones, esencialmente técnicas y ajenas a la deliberación política, nos exigen prudencia en la forma en que intervenimos en el espacio público, para preservar la imparcialidad, la confianza ciudadana y, sobre todo, la integridad de nuestra función constitucional”, explicó.
Igualmente, señaló la importancia de no someter los procesos judiciales a la lógica de un debate mediático, “donde la simplificación y el espectáculo predominan sobre el análisis profundo y la legalidad”.
Aguirre indicó que un debate, como el propuesto por el mandatario, podría generar en la ciudadanía una valoración de participación inapropiada del Poder Judicial, debido al contexto por el que atraviesa el país, “marcado por una creciente efervescencia política y un discurso público orientado a movilizar voluntades electorales”.