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La última gala de dos grandes

«Siempre será un honor representar a Cuba dondequiera que llegue», aseguró el luchador más grande de la historia, Mijaín López Núñez, luego de recibir su trofeo por el suceso del año en el deporte cubano: su quinto título olímpico.

De manos del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado, Esteban Lazo Hernández, el Gigante de Herradura fue galardonado, además, como el mejor atleta individual de 2024.

Es la décima ocasión que Mijaín recibe ese premio a la heroicidad deportiva, pero también a su estatura humana y popular. Por eso reconoció en la gala que «todo lo que hizo durante su carrera deportiva y, en especial, la hazaña conseguida en los pasados Juegos Olímpicos de París fue para regalársela al pueblo cubano».

En el emblemático Coliseo de la Ciudad Deportiva, el Gigante gladiador de la lucha grecorromana recordó que ninguno de sus logros hubiera sido posible sin la presencia de la Revolución, del Comandante en Jefe Fidel Castro y  de las enseñanzas de sus padres, dos seres «humildes» que le regalaron al mundo uno de los atletas más extraordinario del olimpismo.

«En lo adelante, comentó Mijaín, seguiré haciendo por Cuba dondequiera que llegue, sin faltarle al compromiso con nuestro pueblo».

Omara

Esta será mi última gala como atleta activa, aseguró luego Omara Durand, la mujer que más rápido ha corrido sobre las pistas del mundo en el deporte paralímpico y, de paso, ha engalanado nuestra bandera en lo alto y encumbrado los podios internacionales.

No puede haber despedidas tristes cuando una no se va del todo del deporte, agregó la estelar corredora. «No se piense la Aclifin que se zafará tan fácil de Omara», dijo la tres veces campeona paralímpica (100, 200 y 400 metros planos) en París.

La extraclase atleta agradeció la fiel compañía de su guía sobre las pistas mundiales, Yunior Kindelán, a su entrenadora Miriam Ferrer y al pueblo cubano.

«Ya Mijaín lo ha dicho todo, añadió sonriente Omara, pero no puedo dejar de reiterar que los resultados del movimiento paralímpico cubano se deben a la Revolución y al apoyo de Fidel». 

Qué suerte tiene esta Isla de gigantes al tener una Omara y un Mijaín coincidiendo en el tiempo, dos seres auténticos que desde hace años forman parte de los mejores atletas del mundo, pero que ya hoy son símbolos del olimpismo internacional.

Le corresponde al relevo tomar el batón de la historia y las hazañas que dejan implantadas como verdaderos récords Guinness este par de luminarias. Le toca ahora a Yusneylis Guzmán, por ejemplo, la mejor atleta femenina de 2024 y subcampeona olímpica en París, pero también a todos los jóvenes premiados por la consagración, el esfuerzo y la valía como los mejores exponentes del deporte cubano durante este año, continuar el legado de estas dos estrellas olímpicas.

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