Joel Álvarez, un obrero de la UFC que no conoce límites
El golpe de autoridad llevado a cabo por Joel Álvarez (Gijón, 1993) durante la madrugada de este domingo en el último evento del año de la UFC le han permitido colgarse una nueva medalla en su galonera deportiva. El asturiano sumó su séptima victoria dentro de la mayor liga de artes marciales mixtas del mundo tras noquear a Drakkar Klose con un espectacular rodillazo en salto , dejando fuera de juego al estadounidense en apenas 2 minutos y 48 segundos. La madurez que mostró durante el pleito, que tuvo lugar en Tampa (Florida), fue enorme y dio la sensación de que el octógono es el espacio donde todas sus energías se alinean para fluir de un modo que da como resultado un auténtico espectáculo para los aficionados al deporte. Sin embargo, el ijgonés, que huye de las cámaras y la grandilocuencia de las redes sociales, siempre ha asegurado que su objetivo no es tener muchos títulos, ni pensar en rankings, es ser un buen padre . El Fenómeno, como se le apoda, ha hecho gala de ser un currante de la UFC, un obrero cuyo mono de trabajo son únicamente un 'short' y unas guantillas de cuatro onzas. Pero la realidad es que, después del nivel mostrado en su último pleito en Estados Unidos , no tiene límites, solo los que él mismo se ponga. Con esa actuación, Joel Álvarez asciende su récord profesional a 22 victorias y todas ellas finalizadas antes de llegar a las cartulinas, con 5 nocauts y 17 sumisiones, una cifra al alcance de muy pocos privilegiados. «Estoy muy contento, ahora con ganas de disfrutar con mis chicas (su hija y su pareja), con mi familia», señaló en exclusiva a ABC inmediatamente después de dejar en shock al Amalie Arena de Tampa. Han sido cuatro preparaciones exhaustivas durante este año, con un desgaste descomunal pues los campamentos de entrenamiento suelen ser de 6 a 10 semanas, no pudiendo subir en dos de esas ocasiones a la jaula debido a problemas de visado que hoy en día están ya solventados. El horizonte es halagüeño para él, pues su nombre ya está encima de la mesa dentro de la división del peso ligero (155 libras, 70,3 kilogramos) y en su siguiente pelea debería apuntar ya hacia el top 15, es decir, sentarse en la mesa donde comen las estrellas de este deporte. Sin embargo, la dureza que implica bajar casi 15 kilos midiendo 1,90 y no teniendo nada de grasa de donde tirar le han llevado a tomar la decisión de subir de categoría, al peso wélter (170 libras, 77,1 kilos). «El horizonte ahora es estar tranquilos y disfrutar, pensar en las 170 libras. Si no, me gustaría pelear en el evento de UFC en España en el peso ligero si se da de una vez . Me esperaré lo que haga falta, no tengo prisa por pelear ahora», señaló a este periódico tras concluir su actuación en suelo estadounidense. Joel Álvarez tiene claro que se reserva un 'last dance' (último baile) en el ligero, donde ya está muy bien posicionado, pero que no habrá vuelta atrás. «Ya lo he hablado con mi equipo, es una decisión tomada, es por salud. Los recortes de peso son muy excesivos, muy duros, creo que un último disparo, tengo el revólver con una bala en el peso ligero», explicó el asturiano. La realidad es que la llegada de la UFC a España está siendo un quebradero de cabeza para la mayor organización de artes marciales mixtas del mundo. El hecho de contar con Ilia Topuria obliga a que su desembarco fuera en un evento de pago por visión en Estados Unidos, y solo hay 14 veladas de este tipo reservadas en el calendario anual, la inmensa mayoría ya programadas en otros lugares. Además, la baja disponibilidad de recintos, pues el Santiago Bernabéu es demasiado grande y el WiZink Center tiene la mayoría de sus fechas cerradas ha empujado a pensar que pudieran venir con un evento más humilde, los llamados Fight Night. Tras su victoria , Joel Álvarez ha ganado peso como para poder encabezar una gala de este tipo, pero el CEO de la UFC, Dana White, se encargó de asegurar a una pregunta de ABC que cuando vengan quieren hacerlo con toda la artillería pesada, es decir con un evento numerado. Pero El Fenómeno ya tendría algún nombre en mente en caso de que le tocara encabezar o participar en un UFC España. «Me gusta mucho pelear contra Paddy Pimblett por el estilo que trae y Benoit Saint-Denis tiene un estilo muy llamativo. Son gente que se para a intercambiar, me gustan para mi manera de competir, son buenos nombres y para ser cabeza de cartel en España sería la bomba», aseguró el asturiano desde el Amalie Arena a este periódico, rodeado de su equipo, que se asemeja más al Ejército de Pancho Villa que al de Don Pelayo, por su particular gracia al desarrollar sus cosas. Todas las posibilidades están abiertas. Por el momento, quiere descansar y estructurar su carrera, mientras reposa en una posición que empieza ser de gran importancia en la UFC y clave para la consolidación de España como mercado emergente en esta organización deportiva. Joel Álvarez apuntará a su regreso en mayo, pero mientras seguirá entrenado duro, trabajando para continuar siendo un obrero cuyo límite es el cielo.