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En Culiacán hasta los rescatistas usan chalecos antibala

En el paisaje nocturno de Culiacán, sólo la luz de las torretas de los vehículos de emergencia iluminan las calles, convertidas en el escenario de balaceras y homicidios.Los únicos que transitan en ellas son civiles armados, policías, ministeriales, soldados, guardias y primeros respondientes, quienes convergen en este infierno desatado por la lucha entre el grupo de Los Chapitosy el de Los Mayos.“Ahorita está irreconocible toda la zona de guerra”, dice a MILENIO Julio César, del Grupo Especial de Rescate y Urgencias Médicas (Gerum), una asociación civil de paramédicos independientes, que ahora recorre la zona urbana con chaleco antibalas, con dos placas de cerámica balística.Desde la base, el radio suena: “Presencia de vehículos con gente armada, en la entrada a la colonia La Conquista”.El equipo se prepara para salir, pero no lo hará hasta que no haya presencia de autoridades. Minutos después, se puede escuchar el sonar de las sirenas en caravana a lo lejos, y en la frecuencia, César responde: “Se escuchan más unidades, no sé si de Policía o Ejército, Guardia, pero se escuchan bastantes, van al sector, porque vienen por la vialidad de por acá, 18… 31… Tsch…”, es momento de salir. “Desde que la escena o el lugar no es seguro para nosotros no ingresamos como lo hacíamos antes sin esperar a una autoridad. Ahora… lo seguimos haciendo pero ya bajo nuestros términos y condiciones debido a que no se nos es garantizada la seguridad”, contó.​En la zona urbana, todas las noches hay balaceras, incendios, a lo que se suman los accidentes cotidianos.Pero la Cruz Roja de Culiacán apenas cuenta con cuatro ambulancias y Protección civil con otras dos, por lo que su trabajo como rescatista independiente se hace más indispensable en esta escaramuza, a pesar de la falta de recursos gubernamentales.“Desafortunadamente quisiera hablar solamente de balaceras pero hay una gama inmensa de eventos de este tipo; incendios provocados, actos violentos, explosivos, bombas, balaceras, atentados contra personas, contra domicilios, carros incendiados, poncha llantas", indica.“Hemos actualizado nuestro protocolo interno de pies a cabeza para poder reaccionar ante este tipo de circunstancias”, dice en entrevista.Pero advierte: “Nuestro trabajo es precisamente eso. Llegas a atender, estabilizar, prolongar el tiempo de vida, en lo que llega unidad para poder trasladar y ya una vez arriba de la ambulancia, la batuta la toma otra corporación y pues ya se va estable”. Es egresado de la Escuela Militar de Oficiales de Sanidad de la Secretaría de la Defensa Nacional, pero desde hace seis años formó el Gerum, sabe bien lo que es caminar sobre la delgada línea entre la vida y la muerte.Y así es… Aquí nadie sale sin un chaleco balístico, pues es común, que los delincuentes que no pudieron terminar con su objetivo, regresen para evitar que alguien les pueda salvar la vida, o como le dicen en el argot “a rematarlos”.De ahí, el llamado de este paramédico independiente a que no atenten contra personal de emergencias.“Tanto a las personas que están involucradas directamente con esta guerra, como las personas que tienen nuestra seguridad en sus manos, nosotros no somos parte del problema, no estamos ni con el gobierno ni con el narcotráfico, ni con absolutamente nadie", recordó.“Por favor: al ver que nosotros estamos ayudando, que estamos atendiendo.. no nos disparen, no somos parte del problema, no somos parte del conflicto, ni de la guerra", refirió-Es una guerra que no vemos un fin… -¿Una tregua?-No hay una fecha límite, advierte.KL

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