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Bruselas saca al mercado laboral español de la UCI

La Comisión Europea ve "débil pero mejorando" las cifras relativas al empleo, aunque califica de "crítica" la situación respecto al riesgo de pobreza

España reduce la desigualdad al mínimo pero 12,7 millones de personas están en riesgo de pobreza

La Comisión Europea saca al mercado laboral de la UCI. El descenso del desempleo en España ha llevado al gobierno comunitario a quitar la etiqueta de “crítica” a la situación del empleo en España. No obstante, mantiene la 'tarjeta amarilla' debido a que los datos de empleabilidad siguen varios puntos por debajo de la media europea y es el país con más paro de la UE. Bruselas sigue detectando debilidad en algunos de los indicadores laborales, como las tasas de empleo y desempleo, el paro de larga duración y el PIB per cápita.

“El mercado laboral español ha mejorado notablemente, pero sigue afrontando retos”, señala Bruselas en un informe sobre la convergencia social. A pesar de estar aún cinco puntos por debajo de la media europea, la tasa de empleo “aumentó sustancialmente hasta el 70,5% en 2023”, recuerda el gobierno comunitario. “Esto se debió al fuerte crecimiento económico, la fuerte expansión del empleo de las personas nacidas fuera de la UE y un aumento del empleo en el comercio, las profesiones técnicas y científicas y la creación de empleo en el sector público”, explica la Comisión. Eso ha llevado al gobierno comunitario a rebajar la alerta de “crítica” a “débil pero mejorando”.

Aunque los datos macro dibujan una especie de 'milagro español', con un crecimiento por encima de la media europea que ha permitido sacar al país de los estigmas de la crisis financiera, en Bruselas aún pintan en rojo la casilla correspondiente a la tasa de riesgo de pobreza que tiene España. Una cifra que ya es de por sí elevada en el conjunto de la Unión Europea: el 23% de la población. Y uno de cada cuatro niños se enfrenta a la pobreza. Pero los datos son más preocupantes en el caso español: las cifras aumentan al 26,5% y al 34,7%, respectivamente.

“Esto puede atribuirse en parte a los problemas de adecuación y cobertura del sistema de sistema de protección social, las disparidades regionales acceso a los servicios públicos y la persistente pobreza en el trabajo”, señala en un informe de la Comisión Europea. Los porcentajes se han ido reduciendo lentamente en la última década. En el año 2014, un tercio de la población estaba en riesgo de pobreza. A pesar de la puesta en marcha de medidas concretas para mejorar la situación, como la subida del salario mínimo o el Ingreso Mínimo Vital, España es el país donde las políticas dirigidas a intervenir en esta realidad son menos eficaces. La reducción en España se sitúa en el 26%, frente al 44% de media en la Unión Europea. 

El riesgo de pobreza es crítico para otros países de la UE, como Grecia o Letonia mientras que la calificación es de débil pero con mejoras en Bulgaria o Rumanía. Bruselas también coloca bajo la lupa a Estonia, Luxemburgo o Hungría. Fuentes comunitarias admiten que aún queda mucho trabajo por hacer: “Tenemos el objetivo de sacar a 15 millones de la pobreza para 2030 y ahora estamos en 1,6”. 

Otra de las casillas que aparece en rojo para España en el informe que analiza el Marco de Convergencia Social correspondiente a 2023 que la Comisión Europea ha publicado este miércoles es la tasa de abandono escolar temprano, que se sitúa en el 13,7% frente al 9,5% de la media europea. “Las disparidades regionales conexas siguen siendo significativas a pesar de reducirse en 2023, con niveles especialmente elevados en el sur y el este y tendencias a la baja en el sur y Canarias”, expone Bruselas. Ese problema lo comparten Alemania, Hungría y Rumanía. 

Por el contrario, España está por encima de la media europea en el desarrollo de habilidades digitales, la educación para menores de tres años o la brecha laboral de las personas con discapacidad.

Respecto a la vivienda, que es una de las alertas habituales de Bruselas respecto a España por el elevado precio de los alquileres o la falta de viviendas asequibles, el análisis la sitúa en la media europea. Y, aunque es una de las principales preocupaciones en el continente, los técnicos comunitarios ven una cierta mejora al haber bajado los precios en algunos estados miembros por el ciclo de los tipos de interés, aunque esas mismas fuentes advierten de que hay una menor inversión en la oferta de vivienda.

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