Científicos por fin descubren cómo leer el calendario maya y resuelven el misterio de los 819 días
Durante décadas, el ciclo de 819 días del calendario maya desconcertó a los arqueólogos modernos. Este enigmático sistema de conteo fue utilizado por la antigua civilización que dominó gran parte del territorio mexicano y conquistó a la actual Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador.
Hasta hace poco parecía carecer de lógica. Sin embargo, un estudio publicado en la revista Ancient Mesoamerica reveló cómo este misterioso número forma parte de un sistema mucho más amplio que integra los períodos sinódicos de todos los planetas visibles.
El nuevo hallazgo llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Tulane en Estados Unidos, proporciona una nueva comprensión del sofisticado conocimiento astronómico preciso y una capacidad de predicción de alineaciones planetarias a lo largo de décadas
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¿Qué descubrieron los investigadores sobre el calendario maya?
El calendario maya de 819 días siempre intrigó a los especialistas debido a su aparente falta de relación con los ciclos planetarios. Sin embargo, al extender la cuenta a 20 períodos de esta extensión (16,380 días o aproximadamente 45 años), descubrieron que todos los cuerpos visibles encajan en este sistema.
Según el estudio de John H. Linden y Victoria R. Bricker, Mercurio fue la pieza clave para entender el calendario maya. Su ciclo encaja perfectamente en el de 819 días. Los otros planetas, como Marte, Venus, Júpiter y Saturno, también encontraron su lugar en este sistema, aunque sus ciclos eran más largos y complejos.
Al relacionar el mecanismo de cuatro colores del calendario con las conexiones entre los planetas del sistema solar, lograron demostrar que los mayas no solo pudieron rastrear los ciclos individuales de cada cuerpo, sino que el artefacto fue diseñado para abarcar un amplio número de eventos.
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¿Cómo lograron descifrar el misterio los científicos?
De acuerdo con los arqueólogos, la clave para resolver el enigma fue cambiar la perspectiva. Estudios previos intentaron conectar los movimientos planetarios con los días individuales, pero siempre se encontraron con limitaciones.
En cambio, los investigadores de Tulane expandieron el alcance total del calendario revelando un patrón en el que los períodos sinódicos de los planetas (es decir, el tiempo que tarda un objeto en volver a aparecer en el mismo sitio respecto al Sol) coinciden con puntos específicos del calendario.
Por ejemplo, mientras que Venus necesita siete períodos para coincidir con cinco ciclos de 819 días, Saturno requiere 13 períodos para alinearse con seis ciclos. Este enfoque reveló que los mayas crearon un sistema diseñado para predecir los movimientos de todos los planetas visibles a simple vista.
Además, los autores destacan que este sistema no solo estaba conectado con estos períodos, sino que también se vinculaba con otros calendarios mayas, como el Tzolk'in y el Calendario Redondo, consolidando aún más su utilidad y precisión.
¿Qué significa este hallazgo para el estudio de los mayas?
Este descubrimiento confirma la avanzada comprensión astronómica de los mayas, quienes lograron integrar fenómenos celestes complejos en un calendario de largo alcance.
La capacidad de conectar múltiples ciclos planetarios en un marco coherente refleja una visión sofisticada del tiempo y el cosmos, que supera las expectativas modernas sobre las culturas precolombinas.
Además, el hallazgo resalta la importancia de ampliar perspectivas en la investigación arqueológica. Al observar los sistemas mayas en un contexto más amplio, los investigadores pudieron desbloquear un nivel de conocimiento que había permanecido oculto durante décadas.