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El macrojuicio por violaciones en Francia llega a su "hora de la verdad"

Dominique Pelicot, juzgado por drogar a su mujer Gisèle durante una década para violarla junto a desconocidos, y el resto de 50 acusados conocerán este jueves si la justicia de Francia los condena en este proceso histórico que dio la vuelta al mundo.

Antes de la lectura del veredicto, prevista a las 08H30 GMT, el colectivo feminista Amazonas de Aviñón, en el sur de Francia, pegó carteles alrededor del tribunal con el lema :"Navidad en prisión, Pascua entre rejas", "la vergüenza cambió de bando".

"La violación afecta a las mujeres en todo el mundo. Es por eso que todas las miradas están puestas en lo que ocurrirá", explicó a la AFP una representante de este movimiento.

La presión es elevada sobre los cinco jueces del tribunal de Aviñón que juzgaron desde el 2 de septiembre y hasta el pasado lunes a estos 51 hombres --uno de ellos en rebeldía-- de entre 27 y 74 años y perfiles sociales diversos.

La decisión del tribunal, presidido por Roger Arata, se seguirá muy de cerca en Francia y también en el extranjero, donde este juicio y su víctima Gisèle Pelicot se convirtieron en un símbolo de las agresiones sexuales a las mujeres.

"La hora de la verdad", titula el diario regional La Provence. Para el rotativo de izquierdas Libération, los jueces tienen entre sus manos dar "un veredicto para el futuro", que permite acabar con "la banalidad de la violación".

Salvo sorpresas, el principal acusado, Dominique Pelicot, de 72 años, que reconoció haber drogado a su esposa Gisèle con ansiolíticos entre 2011 y 2020 para dormirla y violarla junto a desconocidos que contactó por internet, recibirá probablemente la pena máxima de 20 años de cárcel, como pidió la fiscalía.

Pero su abogada Béatric Zavarro aún esperaba el miércoles, en declaraciones a la AFP, que el tribunal "se alejara" un poco de esta pena y tuviera en cuenta los "traumas" que su cliente sufrió durante su infancia, incluida una violación a los 9 años.

- ¿Absoluciones? -

La gran incógnita está en las penas que recibirán el resto de acusados, ya que el tribunal tendrá que individualizar cada condena, y si habrá absoluciones.

A finales de noviembre, el ministerio público pidió entre 10 y 18 años de prisión para 49 de ellos, y cuatro años para el único procesado por "tocamientos" a Gisèle Pelicot.

Estas solicitudes de penas son más duras que la condena media por violación en Francia, que era de 11,1 años en 2022, según el ministerio de Justicia.

Laure Chabaud, una de las representantes de la fiscalía, deseó que la decisión del tribunal vaya más allá de la suerte de los acusados y envíe "un mensaje de esperanza a las víctimas de la violencia sexual".

La fiscal insistió que el veredicto debe servir de guía en la educación de los "hijos", "porque es a través de la educación como se logrará el cambio" en la sociedad.

Los abogados de la defensa presentaron en cambio una treintena de peticiones de absolución en nombre de sus clientes, de quienes dijeron que fueron "manipulados" por el "monstruo", el "lobo", el "ogro" Dominique Pelicot.

Sus clientes no tenían "ninguna intención" de violar a Gisèle Pelicot, que ahora tiene 72 años, y por tanto no habrían cometido un delito en virtud del Código Penal, defendieron.

- 86 medios de comunicación internacionales -

Poco antes del veredicto, la tensión era palpable en la sala, donde se desplegó una gran presencia policial. En caso de condena generalizada, 32 acusados que comparecieron en libertad podrían ir directamente a prisión.

Un total de 180 medios --86 extranjeros-- se acreditaron para seguir la lectura del veredicto, pero sólo cuatro --entre ellos la AFP-- pudieron acceder a la sala principal del tribunal. Los demás periodistas se instalaron en salas de retransmisión contiguas.

Fuera de lo común por su duración, el número de acusados y, sobre todo, la atrocidad de los hechos denunciados, este juicio ya ha hecho historia.

Las asociaciones feministas esperan que el juicio cambie la actitud ante las violaciones, intentos de violación y agresiones sexuales, que en Francia denuncian más de 200.000 mujeres cada año.

Este caso también habrá contribuido a encarnar la lacra de las víctimas de agresiones sexuales, en particular mediante el uso de la sumisión química, a través de la figura de Gisèle Pelicot, que pasó de ser una víctima anónima a icono feminista que insta a las mujeres a "dejar de callar" para que "la vergüenza cambie de bando".

"Gracias Gisèle", proclamaba una pancarta colgada en el centro histórico de Aviñón el jueves por la mañana, frente al tribunal.

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