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Cooperativas de ahorro pierden terreno en año marcado por caída de Coopeservidores

Las cooperativas de ahorro y crédito perdieron terreno durante 2024, un año marcado por la debacle de Coopeservidores, que hasta su intervención y cierre era la cuarta más relevante del sector. A este impacto se sumó la salida del mercado financiero de participantes más pequeños, como Coopelecheros y Coopeamistad.

En el sistema financiero nacional (SFN), las cooperativas ocupan el tercer lugar en volumen de activos, superadas únicamente por la banca pública (incluido el Banco Popular) y la banca privada. Para noviembre de 2024, este sector representaba el 8,8% de los activos totales, una disminución respecto al 11,2% registrado en el mismo mes de 2023, cuando Coopeservidores aún operaba.

Sin embargo, el sector también perdió peso si se excluye el efecto provocado por el cierre de Coopeservidores, pues se redujeron sus activos, cartera de crédito y las obligaciones con el público. Estas últimas incluyen depósitos a la vista, a plazo y los intereses pagados a los ahorrantes, según datos de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).

En noviembre de 2024, las 18 cooperativas activas registraron obligaciones con el público por ¢2.248.459 millones, una disminución de ¢68.919 millones (-2,97%) en comparación con los ¢2.317.378 millones reportados en el mismo mes de 2023.

Una tendencia similar se registró en la cartera de crédito al día y con atraso de hasta 90 días (considerada de mayor calidad), que disminuyó en ¢29.302 millones, pasando de ¢2.404.820 millones en noviembre de 2023 a ¢2.375.518 millones en el mismo mes de 2024, lo que representa una caída de 1,22%.

Estas cifras excluyen a Coopeservidores tanto en 2023 como en 2024, pero incluyen a Coopelecheros y Coopeamistad, ya que sus créditos y captaciones del público fueron absorbidos por otras cooperativas.

Las cooperativas también registraron una disminución en los activos totales, que pasaron de ¢3.685.802 millones en 2023 a ¢3.618.466 millones en 2024, lo que representa una reducción de ¢67.336 millones (-1,83%).

Esta tendencia negativa contrasta con el crecimiento que el sector cooperativo experimentó en 2023 respecto a 2022, cuando registró mejoras en todos los indicadores, excepto en las utilidades.

El sector cooperativo enfrentó un 2024 turbulento, marcado por el cierre de uno de sus principales actores, CS Ahorro y Crédito, conocida como Coopeservidores. A este hecho se sumó la salida del mercado financiero de Coopelecheros y Coopeamistad, cuyos negocios financieros fueron absorbidos por Coopealianza y Coopenae, respectivamente.

Coopeservidores ocupaba el cuarto lugar entre las cooperativas más importantes por volumen de activos, que incluían créditos, títulos valores y otros instrumentos, al momento de su colapso. Según los últimos datos disponibles de la Sugef, registraba depósitos del público por ¢506.153 millones y activos totales de ¢700.983 millones.

Tres gerentes de las principales cooperativas del sector coincidieron en que 2024 fue un año particularmente desafiante, marcado por retos tanto para el cooperativismo como para el sistema financiero nacional, a raíz de las intervenciones en Coopeservidores y Desyfin.

Esta situación impulsó a las cooperativas a reforzar aspectos fundamentales para su buen funcionamiento, como la gobernanza corporativa y las relaciones con asociados y clientes, con el objetivo de recuperar y fortalecer la confianza en sus organizaciones.

Alexandra Márquez, gerente de Coopeande, señaló que 2024 fue un año particular para el cooperativismo, marcado por los efectos colaterales de las intervenciones en Coopeservidores y Desyfin. Según Márquez, estos acontecimientos impactaron negativamente la credibilidad del sector.

Sistema financiero cierra 2024 con mayor solvencia y creciente riesgo cambiario en el crédito

“Uno de los mayores retos ha sido la afectación en la credibilidad del sector provocado por este tipo de eventos”, afirmó Márquez. Además, destacó que estas circunstancias ofrecieron la oportunidad de fortalecer la gobernanza corporativa, optimizar la gestión financiera a corto y mediano plazo, y mejorar las estrategias de liquidez y solvencia.

Elizabeth Morales, subgerente de Coopecaja, describió 2024 como un año atípico para el sistema financiero nacional, caracterizado por las intervenciones en Coopeservidores y Desyfin. Añadió que estas circunstancias representaron un desafío para el sector cooperativo, pero destacó que, pese a la incertidumbre, lograron mantener la solidez de sus indicadores financieros y reforzar la confianza de clientes y asociados.

Por su parte, Coopealianza señaló que el sector enfrentó retos adicionales, como la incertidumbre macroeconómica y financiera, los exigentes cambios regulatorios y el incremento de la competencia en el mercado financiero. En relación con la credibilidad, destacó que lograron fortalecerla a través de un proceso transparente de rendición de cuentas y la mejora en sus principales indicadores financieros.

A pesar de las turbulencias, en los primeros 11 meses de 2024 las cooperativas lograron incrementar sus ganancias en ¢2.195 millones, pasando de ¢26.764 millones en 2023 a ¢28.959 millones en 2024, lo que representa un aumento del 8,2%. Sin embargo, esta cifra sigue siendo inferior a los ¢34.977 millones obtenidos en 2022.

En ese contexto, las cooperativas reconocieron que aún queda trabajo por hacer para mejorar los márgenes de operación, optimizar los gastos y desarrollar estrategias de diversificación de ingresos y reducción de costos.

Pandemia y ley de usura

Tanto Coopeservidores, declarada inviable, como Coopelecheros y Coopeamistad, que dejaron el negocio financiero este año, sufrieron problemas relacionados con la administración de sus carteras de crédito.

Rocío Aguilar, superintendente de la Sugef, descartó que las cooperativas de ahorro y crédito sean laxas en cuanto a controles para otorgar créditos. Sin embargo, desglosó algunos factores que impactaron a este sector en los últimos años.

En primer lugar, manifestó que, por su propia naturaleza, las cooperativas tienen una importante concentración en créditos de consumo. Añadió que estos préstamos se han visto afectados por factores como la pandemia y la llamada ley de usura. “La ley de usura causó en el sector cooperativo un impacto profundo, no en cuanto a los límites de tasa de interés, sino en cuanto a las deducciones automáticas de aquellos sujetos que recibirían un monto menor de un mínimo vital”, afirmó Aguilar.

La jerarca añadió que esto fue un golpe importante al sector, ya que muchas cooperativas tenían su modelo de negocio asentado en este esquema de deducciones automáticas de salario.

Además, destacó que el cooperativismo está muy vinculado al sector público, cuyos salarios reales no han subido. Aguilar enfatizó también que persisten retos en materia de gobernanza, aunque destacó que las entidades han mejorado su evaluación e incorporado miembros independientes.

Fortalecer relación con asociados

Alexandra Márquez, gerente de Coopeande, aseguró que el reto más relevante para la cooperativa ha sido devolver la confianza a sus clientes. Para ello, optaron por aumentar la cercanía con sus asociados e inversionistas y realizar rendiciones de cuentas periódicas.

“Se espera que el 2025 sea un año para continuar avanzando en acciones para fortalecer la gestión de las organizaciones financieras en términos generales, enfocándose en la mejora de la calidad de la cartera de crédito”, expresó. Agregó que seguirán fortaleciendo los niveles de solvencia de la cooperativa y mejorando los márgenes de operación mediante una mayor eficiencia en el gasto.

Morales, de Coopecaja, indicó que, de cara a 2025, visualizan oportunidades en la promoción de propuestas de valor, en el afianzamiento de las relaciones con sus asociados y en el fortalecimiento de la transparencia.

Coopealianza, por su parte, afirmó que en 2025 tienen una visión optimista pero cautelosa. “Anticipamos un entorno financiero más estable, lo cual será propicio para continuar desarrollando proyectos en beneficio de nuestros asociados”, indicó la entidad. Esta cooperativa destacó la necesidad de potenciar la relación con sus asociados, así como promover alianzas estratégicas dentro del sector para maximizar el impacto del modelo cooperativo en el desarrollo económico y social.

Resultados del 2024

A pesar de las turbulencias, la mayoría de las cooperativas de ahorro y crédito han logrado mejorar sus ganancias en comparación con el año pasado, y solo una de ellas registró pérdidas, según la información disponible hasta noviembre, en Sugef.

De las 18 cooperativas de ahorro y crédito del país, 11 incrementaron sus ganancias, mientras que siete experimentaron menores utilidades que el año anterior, según información de la Sugef.

La entidad que más dinero ganó hasta noviembre fue Coopealianza, con ¢7.909 millones, aunque nominalmente solo creció en ¢79,9 millones. Le siguió Coopeande, con ganancias de ¢7.702 millones, es decir, ¢2.694 millones más que el 2023, cuando fue de ¢5.008 millones. Estas dos son las cooperativas más grandes del país.

Por otro lado, Coopebanpo fue la única que experimentó pérdidas en el periodo, pasando de un beneficio de ¢698 millones en 2023 a una pérdida de ¢7,5 millones a noviembre, con una caída de ¢706 millones entre un año y otro.

Además, Coopesanramón fue otra de las entidades que experimentó una fuerte caída en sus ganancias, pasando de ¢254 millones, en noviembre de 2023, a solo ¢10,65 millones para el mismo mes de este año.

Movimientos en el sector

En este 2024, el sector cooperativo enfrentó la intervención de Coopeservidores el 13 de mayo, que fue declarada inviable el 21 de junio. Ante esto, se ordenó un proceso de resolución para realizar un cierre ordenado de la entidad que fue intervenida, principalmente, por los malos manejos en su cartera de crédito, concentrada en préstamos de consumo. El caso también derivó en allanamientos y detenciones.

Por otro lado, Coopelecheros y Coopeamistad dejaron el negocio financiero este año para enfocarse en otros mercados. Las dos fueron absorbidas por Coopealianza y Coopenae, respectivamente.

La decisión de abandonar el negocio de la intermediación, después de casi dos décadas de actividad, estuvo precedida de una supervisión especial de la Sugef, que apresuró la negociación para la compraventa de los activos.

La revisión de Sugef provocó la reclasificación de deudores y la constitución de mayores estimaciones por el deterioro en la cartera de crédito de ambas cooperativas. De hecho, durante este año, el nivel de morosidad de las dos entidades se elevó de forma acelerada.

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