Miguel Septién. “El verdadero poder del teatro está en alejarse del realismo”
El director de escena y productor Miguel Septién considera que el verdadero poder del teatro radica en alejarse del realismo, de ahí su permanente apuesta por el musical, cuyo último gran éxito ha sido ZM.“El teatro musical es un medio ideal para explorar temas gigantes, pulsantes, titánicos, que nunca van a cambiar y que tienen que ver con las pasiones humanas en su expresión más absoluta; el teatro musical expresa muchas veces la realidad como realmente la sentimos y no como hemos acordado que es”, explica en entrevista a propósito de su musical de zombies, que termina temporada el 29 de diciembre.ZM es una producción inédita de su compañía Ícaro, asociada con Victoria Bastida, porque se trata del estreno mundial de una obra de teatro musical, escrita por estadounidenses y en un idioma extranjero.“Afortunadamente, como compañía y como director ya habíamos tenido oportunidad de trabajar con los autores, Greg Kotis y Mark Hollman, a raíz de las producciones de otros musicales, y comenzamos una relación tan fructífera y afín, que decidieron compartirnos material inédito, incluyendo ZM. Nos permitieron traducirlo y estrenarlo en México. Es algo fortuito, muy sui generis. Y estamos felices de que esto suceda: hacemos un estreno mundial de una obra que no fue escrita en México, ni en español”. ZM cuenta la historia de un pequeño pueblo en Estados Unidos donde una cadena de comida rápida lanza una nueva hamburguesa, contaminada, que, al comerla, provoca que los humanos se conviertan en zombies hambrientos de carne humana. Un grupo de sobrevivientes, entre ellos la hija del dueño de la empresa, huyen de los zombies y tratan de encontrar la razón y el remedio para atajar la catástrofe.El musical de zombies, que se estrenó un viernes 13 de septiembre en el teatro Milán, en funciones de viernes a domingo, se llevó 7 premios Metro 2024: Mejor obra de teatro musical, Mejor dirección de obra musical para Miguel Septién, quien también se lo ganó por Mejor coreografía y/o movimiento, además de en categorías de Escenografía, Iluminación, Vestuario y Diseño sonoro, todas para musical.Como en sus anteriores producciones como Urinetown, también de la autoría de Kotis y Hollman —quienes asistieron a la última entrega de los premios Metro en el teatro Esperanza Iris el pasado 27 de noviembre—, o Sweeney Todd (Stephen Sondheim y Hugh Wheeler), ZM también plantea problemas sociales y políticos en forma de fábulas modernas, como el abuso del poder, los desposeídos, el ambiente, y sus consecuencias en un mundo que debería ser compartido, comprendido y protegido.“El teatro tiene que ser político. Desde la manera en que lo gestamos y desde el simple hecho de decir: Voy a ir en contra del sistema y dedicarme al arte; decir: Voy a crear arte, de una forma humana y en comunidad, abriendo la puerta a las diversidades y a que las historias que contamos no sean mero entretenimiento —que lo son en parte—, sino que también traten de sembrar la semilla de la conciencia en la gente que las hacemos y en la gente que las ve, ya es en sí un acto y una decisión que muestra cierta postura. No concibo el teatro de otra forma que no sea un teatro que cuestione qué somos y hacia dónde vamos, no sólo en sus textos, sino también en cómo los construimos”, sostiene Miguel Septién.Para ello repite en ZM a parte de los elencos de Urinetown y Sweeney Todd, para consolidar una tropa de artistas en el amplio sentido de la palabra (actores, cantantes, bailarines), entre ellos: Alain Peñaloza, Diego Enriquez, Sabrina Gerson, Vanessa Bravo, María Perroni Garza, Flor Benítez, Eduardo Siqueiros, Gaby Castillejos, José Grillet, Jimena Parés, Luisa Cortés, Andrés Elvira y Melissa Cabrera.“A raíz de nuestro proyecto anterior, Sweeney Todd, encontramos un grupo de artistas que gustan de trabajar de una forma muy similar a las filosofías que tenemos como compañía y casa productora. Y a raíz de encontrarlos, tenemos no nada más el deseo, sino también el impulso, para seguir creando con este colectivo de artistas tan potentes y tan humanos y tan afines a nosotros”, dice el director de ZM. Sobre por qué le interesan obras que abordan temas poco comunes como la escatología (Urinetown), los asesinos seriales y el canibalismo (Sweeney Todd) o los zombies (ZM), defiende el teatro musical. “El poder alejarnos del realismo, de replicar la realidad como hemos dicho como sociedad que tiene que ser y voltear a vernos hacia dentro y decir cómo es que realmente vivimos día a día nuestras pasiones, preocupaciones, nuestras oscuridad o luminosidad, y tratar de explotar todo lo que tenemos dentro de una forma más expresionista, antirrealista, me parece un ejercicio valioso y divertido. “Ahí radica el verdadero poder del teatro, cuando permitimos recordar que no debería ser realista, que el teatro camina entre las líneas, entre la metáfora, la analogía y el simbolismo. Tratar de que el teatro se vuelva cine es un error. Más bien hay que tratar de que el teatro camine sí dentro del realismo que hemos hallado en medios audiovisuales, pero también en el simbolismo y la metáfora de la literatura”.Septién también se siente orgulloso de que el público que asiste a sus obras es mayoritariamente joven.“Está en todos nosotros hacer el cambio que queremos desde nuestra trinchera; en nuestro caso, es tratar de gestar proyectos no nada más artísticamente exitosos, sino también humanamente exitosos. Como compañía hemos creado una reputación, una coherencia en las cosas que hemos hecho y en la manera en la que las hemos hecho a nivel artístico. Afortunadamente, una nueva generación puede venir al teatro no sólo a disfrutar las historias que estamos presentando, sino también a entender que es una responsabilidad desde la trinchera que elija desarrollarse cuestionar los mecanismos (sociales, mejorar las herramientas, crear comunidad, y hacerlo siempre de una forma cada vez más humana”.A diferencia de la película Guerra Mundial Z, en la que cuando el personaje que interpreta Brad Pitt se refiere a México como “un caso perdido” en relación a la invasión y toma de poder de los zombies, Septién considera que ZM, a pesar de su temática, es un musical lleno de idealismo y de optimismo.“En el centro del musical ZM está la idea de tratar de mejor al mundo, es al menos inspirador”, afirma.Pone de ejemplo el personaje central de Billy (Gaby Castillejos), la hija del magnate de hamburguesas.“Me parece fabuloso su personaje. Tener una niña en el núcleo de la trama, además tan inteligente, tan consciente, tan idealista, es una de las razones por las que en gran parte las generaciones jóvenes se han sentido atraídas hacia este material, porque les habla directamente a ellos y les muestra que no hay que esperar a ser adulto o tener una posición importante para generar cambios”, expone el director teatral.Acepta los reconocimientos ganados por ZM, como antes los obtuvieron Sweeney Todd y Urinetown.“Los premios son un aliciente muy importante y nos dan un sentimiento muy lindo de saber que lo que estás haciendo tiene eco. Algo hicimos bien, la historia se está contando. Cuando empezamos un proyecto buscamos que la historia funcione. Y los premios sirven de prueba de que ZM está funcionando, de que el trabajo arduo para construir una versión ciento por ciento mexicana funcionó”.AMG