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Ana Verdú : «El topicazo de Córdoba es eso de 'lejana y sola'»

Abc.es 
Eso de abrir caminos le viene a Ana Verdú de cuna. «Mi madre se puso el mundo por montera», asegura la primera directora del Archivo Municipal de Córdoba, cargo que ocupa desde 1992 y que dejará en unos meses al llegar el momento de su jubilación. Su abuela murió en el parto de la madre de Ana, y con el tiempo ésta decidió hacerse matrona y se incorporó al cuerpo municipal de esa especialidad sanitaria en los años 50 del pasado siglo. Ella, la archivera, recuerda verla o escucharla irse a cualquier hora de la noche o del día de la casa familiar de la calle Encarnación, en plena Judería, para atender a una parturienta. «Eso estaba mal visto en esa época: una mujer trabajando como si el sueldo de su marido no fuera suficiente, saliendo de madrugada a la calle por una llamada de urgencia...», señala. -Usted que está en contacto desde hace décadas con los documentos históricos, ¿cree que la Historia de Córdoba se ha contado bien? -La Historia de Córdoba se ha contado bien, claro. Y tenemos grandísimos historiadores de los que presumir. Lo que no se ha contado es del todo. - ¿Qué queda por contar, entonces? -Muchísimo. Porque tenemos la suerte los cordobeses de contar con un archivo fabuloso, con documentación que incluye, por ejemplo, el fuero de Fernando III. Tenemos un archivo fabuloso, pero hay muchísimos documentos, muchísimas series documentales que están inéditas todavía. Y yo me harto de decirlo: se ha contado mucho la historia oficial, la del nodo, como yo digo, pero aquí hay muchísima documentación que le da el técnicolor a la historia. -¿Cómo cuál? -Lo que le hace falta verdaderamente a Córdoba es que se cuente también esa historia que completa y que perfila la historia oficial. -Se refiere a la historia de la gente. -Sí, la historia de la gente. La Historia en su conjunto. Los archivos municipales somos los que tenemos la suerte de ser trincheras con el ciudadano: los ayuntamientos, por definición, son la primera instancia a la que van a gestionar los problemas de su vida. Y eso se plasma en documentos. -¿Cuál es el documento que más le ha conmovido al tenerlo entre las manos? -Esto me lo preguntan los periodistas con cierta frecuencia. Muchos... Desde el humilde famoso pregón que hizo el Concejo ameazando de pena de muerte a los albañiles, los canteros, 1523, para que no pusieran la mano y no se destruyese la Mezquita, que se estaba deshaciendo. O ese pleito que se llevó a cabo y que apoyó el Ayuntamiento entre tres mujeres solteras que eran torcedoras de seda: según era costumbre, cuando moría el padre o cuando moría el marido no podían seguir teniendo los talleres, no se les concedía la acreditación de ser oficiales de un gremio, del gremio que fuera, y se veían abocadas o a casarse con alguien del mismo gremio que les mantuviera el taller, siendo ellas las que, de facto, lo llevaban aunque trabajaban con el marido, con el padre y demás. Se veían abocadas a eso o a la pobreza. Ellas acudieron al Ayuntamiento, se les examinó como oficiales del gremio y aprobaron. Estamos hablando del año 1772. Me conmovió la lucha de esas mujeres y cómo expresaron a lo que se veían abocadas, y reclamaban que de facto a ellas habían trabajado siempre en el taller y de facto eran también oficiales. -O sea, que el feminismo es una cosa muy antigua. -Ya ve, el siglo XVIII. Y hay cantidad de documentos que también hablan de las costumbres en Córdoba, ¿no? De cómo, pues, casi cincuenta años después de la Conquista se tienen que regular del Ayuntamiento los dispendios que se cometían en la celebración de la boda y que regulaban el tiempo que duraba la misma, los invitados máximos que cada uno podían llevar... Y lo mismo ocurría con los entierros. -¿Cuál es el gran topicazo de la Historia de Córdoba? -El gran topicazo de la Historia de Córdoba es eso de que está lejana y sola... -Federico García Lorca. -Y desde antes. Eso está ya en Góngora, me refiero a esto de que Córdoba siempre se está recreando en su glorioso pasado. Y la realidad es que yo veo a gente y a gobiernos municipales que han luchado mucho por la ciudad, por su avance, por su progreso. Bien, es verdad que Córdoba, igual que otras ciudades del antiguo régimen, tuvieron también años horrorosos de carestías, de epidemias brutales que aparecieron en Córdoba cuando era una economía todavía muy agraria, muy dependiente del campo y en la que se producían grandes hambrunas, pero junto a estas circunstancias siempre estaban estos florecimientos a los que me refiero. -Vamos a hacer un ejercicio de imaginación: un periodista entrevista a su sucesor al frente del Archivo Municipal dentro seis o siete siglos. ¿Qué documento de nuestra época cree que resaltaría? -No sé... Entre otras cosas, yo estoy luchando como la que más por la administración electrónica, pero se nos abre un gran abismo con ella. ¿Resistirán las historias escritas sin tinta y sin papel? Yo he luchado y estoy luchando todavía por el archivo electrónico y se están produciendo ya los documentos en soporte electrónico: todos nos movemos ya con ellos. Temo por la conservación de esos documentos en el futuro y de la facilidad para su acceso. -Esto es una paradoja: cuando más capacidad de almacenar información existe es cuando se produce el temor a que no se conserve en el futuro... -Bueno, quizás es el mismo abismo en el que se vieron en su momento quienes pasaron del pergamino al papel: la gente no quería tener documentos en papel porque lo veían débil, y preferían el pergamino. Quizá estamos asistiendo a algo parecido. Ya le digo que yo lucho por una administración electrónica porque evidentemente es la nueva era que tenemos, y tenemos que estar en esa era y sobre todo dar facilidad en los servicios que prestamos a los ciudadanos. Y no sé qué responderle sobre qué documentos les conmoverán a quienes ocupen mi puesto dentro de unos siglos: soy incapaz de pensarlo, sinceramente. Es una pregunta interesante sobre la que prometo pensar. -Le sugiero una posibilidad: el acuerdo plenario de respaldo a las inversiones necesarias para la construcción de la Base Logística del Ejército de Tierra. -Sí, puede ser, claro que sí. Mire, casi recién aterrizada yo aquí en el Archivo, el Ayuntamiento firmó el acuerdo de la cesión de los terrenos de Renfe; y el entonces alcalde, Manuel Pérez, nos lo entregó calentito, porque sabía que eso era Historia de Córdoba. Ocurrió igual con la concesión del título de Patrimonio Inmaterial de los Patios Firmado. Con los Patios yo tengo una especial sensibilidad. Mi sucesor, evidentemente, tendrá esas joyas y las valorará como yo hago ahora con el fuero de Fernando III, porque son las joyas de la corona. -¿Cuántos documentos ha procesado usted desde que está al frente del Archivo? -Para empezar me tocó levantar el archivo administrativo. Aquí [en la sede central de la calle Sánchez de Feria] solamente había un archivo histórico. Ahora mismo el archivo municipal tiene casi diez kilómetros de estanterías. Tenemos cinco grandes depósitos: aquí está el histórico, luego tenemos un central administrativo en Capitulares, luego hay tres naves más. El gran proyecto que me tiene entre manos y en el que he trabajado en estos años es configurar un gran archivo intermedio administrativo. Bueno, para eso ya se está trabajando en la Gerencia del Urbanismo, que ha hecho el proyecto de uso y demás, para que se instale en lo que fue la Farmacia Militar, en Lepanto. Y, bueno, luego hemos trabajado en el archivo electrónico, porque también se debe de asegurar su pervivencia con planes continuamente de salvaguarda de los documentos electrónicos que el Ayuntamiento está produciendo y está recibiendo. - ¿Cuál va a ser la gran novedad para el usuario en el Archivo reabierto? ¿Qué espera? -Bueno, la gran novedad para el usuario va a ser configurar toda la parte baja del edificio de uso público. Por primera vez vamos a tener salas de exposiciones, ahí se habían hecho exposiciones pero aprovechando la galería de los patios, porque no había salas de exposiciones como tal. Por primera vez va a haber una sala de exposiciones y va a haber una sala también en la planta baja para la atención a grupos, sobre lo que hay mucha demanda. A la gente le encanta el Archivo, a la gente le encanta la Historia; la gente se conmueve cuando lee documentos, dicen: 'Pero, ¿esto es posible, pero esto es de verdad del siglo XIII, pero esto es de verdad del siglo XV?'. Lo mismo, o más, sucede con la fotografía. También me gustaría decir que yo me siento también muy orgullosa de haber hecho el álbum fotográfico de la ciudad. Hablo de esa gran caja de membrillos -que mi madre la tenía llena de fotografías y que yo la sigo conservando con mucho cariño- compuesta por eese gran álbum de la ciudad que empieza al mismo tiempo en el que empiezan a hacerse fotografías.

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