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Honda y Nissan empiezan a negociar una fusión que cambiará el mapa mundial de las automotrices

Honda y Nissan dieron sus primeros pasos hacia una fusión, con la esperanza de crear un gigante que pueda sobrevivir a la agresiva competencia china en la industria automotriz.

Los dos fabricantes japoneses firmaron el lunes un acuerdo básico para las conversaciones de fusión y celebraron una conferencia de prensa conjunta en Tokio. Honda también anunció que comprará hasta 1,1 billones de yenes (unos u$s 7000 millones) de sus propias acciones.

El plan incluye la creación de una sociedad para albergar a la nueva entidad, cuyas acciones serán listadas en agosto de 2026, anunciaron las empresas. Según informó la agencia Bloomberg, Honda podrá nombrar a la mayoría del directorio de la nueva empresa. 

Mitsubishi, en la que Nissan tiene un 24,5%, también firmó el memorándum de entendimiento y es probable que forme parte del grupo, esperándose una decisión final al respecto para finales de enero.

Una alianza de este tipo daría lugar a uno de los mayores fabricantes de vehículos del mundo. En Japón, enfrentará a Toyota y, en el exterior, a las automotrices chinas, como BYD y Geely. Toyota tiene participaciones en otras tres terminales niponas: Subaru, Suzuki y Mazda.

Toshihiro Mibe, CEO de Honda, pronosticó que la empresa conjunta podría tener una ganancia operativa superior a 1 billón de yenes. Con el tiempo, ascendería a 3 billones. Sin embargo, no abordó la forma en que las empresas combinarían sus negocios para hacer frente a problemas acuciantes, como el cierre o la racionalización de fábricas.

"Ambas empresas seguirán siendo filiales al 100% del holding conjunto con sus respectivas marcas", declaró Mibe. Honda asumirá el liderazgo de la nueva empresa, dada su posición mucho más fuerte que Nissan, cuyas ventas se desplomaron, ya que su gama de autos no pudo entusiasmar a los consumidores, afirmó Bloomberg.

El holding incluirá las marcas de Honda y Nissan, así como la producción de motos de Honda.

Bloomberg también planteó que, todavía, hay dudas acerca de si la fusión podrá, realmente, salvar a Nissan. "Es una de las marcas japonesas que más sufrió ante el vertiginoso cambio en la industria mundial hacia vehículos eléctricos alimentados por baterías y de propulsión híbridos, y lejos de motores de combustión", argumentó.

En China, continuó, la popularidad de los vehículos eléctricos fabricados localmente hace que las marcas extranjeras luchen por sobrevivir. Los productores japoneses de autos en su propio país tienen demasiada capacidad instalada. Honda y Nissan tuvieron que reducir personal y actividad, mientras que Mitsubishi, prácticamente, se retiró de China, el mayor mercado automotor del mundo,.

En tanto, el repunte de las ventas de autos híbridos de gas y electricidad en América del Norte dejó a Nissan en la cuerda floja, mientras que Toyota, pionera en tecnología híbrida, recibió un impulso. "Nissan perdió esa oportunidad debido a su anticuada gama de productos, que carecía de opciones atractivas para los híbridos y mucho menos de vehículos eléctricos competitivos", afirmó Bloomberg.

Para Nissan, agregó, la fusión con Honda podría suponer un alivio "muy necesario". "Sus pobres ventas en los Estados Unidos y China provocaron una enorme caída de los ingresos, obligándola a recortar puestos de trabajo, reducir su capacidad de producción y rebajar sus perspectivas anuales de ganancias en un 70%", añadió.

El impacto en la Argentina

De producirse la fusión, habrá consecuencias en la Argentina. Ambas marcas tienen presencia directa en el mercado local. El año pasado, Nissan fue la octava marca en ventas, con 19.465 patentamientos, equivalentes a un market share del 4,6%, según la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara). Había crecido más de 30%, en un mercado general que avanzó 10%. Su modelo más vendido fue la pick-up Frontier (12.714 unidades). Por su parte, Honda registró 1067 ventas al público, 0,3% de share.

En 11 meses de 2024, en un mercado que retrocedió 9%, las ventas de Nissan cayeron más del 35%, a 12.008 unidades. Redujo su participación al 3,2%, lo que la relegó al décimo puesto. En tanto, con un contexto de más apertura a la importación, Honda recompuso sus ventas más del 125%, a 2234 unidades (0,6% de share). Es la décimotercera marca del mercado local.

Esa diferencia de escalas se debe a la distinta presencia industrial que tienen en el país. Después de una inversión de u$s 300 millones, Nissan produce desde 2018 la Frontier, en una plataforma que comparte con la Renault Alaskan, en el complejo que la automotriz francesa tiene en Córdoba.

Por su parte,  Honda, que había abierto hace una década su planta de Campana para fabricar el City, primero, y la HR-V, después, está concentrada desde hace años en la producción de motos, mercado del que es líder a escala local. Entre enero y noviembre, registró 93.705 patentamientos, 21,5% de share. La mayoría, modelos de producción nacional.

Es decir, no hay colisión directa en el plano industrial. Pero, si Mitsubishi ingresa a la fusión, recobrará impulso la posibilidad de que su pickup mediana, L200, se sume a la línea de montaje de la Frontier. La planta de Renault y Nissan se concibió para tres modelos: los de esas marcas y la Clase X, de Mercedes-Benz. Pero la alemana se bajó del proyecto antes de que se inicie la producción. Luego, directamente, discontinuó su pickup en los centros donde llegó a fabricarla.

Por eso, dado que Mitsubishi era la tercera pata de la alianza, se habló de alguna futura generación de L200 fabricada en el país. Hoy, la importa el Grupo Antelo, su licenciatario en el mercado local.  Pero la posibilidad de su producción local es algo que, hoy, está sólo en el terreno de las especulaciones. Como la hipótesis de que la fusión trabaje en una simplificación de su estructura productiva en la región, donde sus modelos compiten entre sí prácticamente todas las categorías.

En Brasil, Honda tiene una fábrica de motos (Manaos), otra de motores (Sumaré) y una de autos (Itirapina), donde produce los modelos Fit, City (sedán) y HR-V. Compiten contra los March (compacto), Versa (sedán mediano) y Kicks (SUV), que Nissan hace en su complejo de Resende.

En México, donde tiene tres plantas (Aguascalientes 1, Aguascalientes 2 y Morelos), Nissan también produce el Sentra (sedán grande) que se vende en Brasil y la Argentina. En tierra azteca, además, hace los mismos modelos que en Brasil -March, Versa y Kicks- y las pick-ups NP300 y Frontier (esta última, igual que en la Argentina).

Por su parte, Honda tiene dos plantas en ese país: Celaya y El Salto. En la primera produce siete modelos de autos (HR-V, CR-V, Accord, Civic, City, BR-V, Pilot y Odissey). En la segunda, motos. Pero, además, empezó a fabricar en el país vecino el Prologue, SUV eléctrico producto de su alianza global con GM para este tipo de vehículos. Comparte plataforma con los Chevrolet Equinox y Blazer EV. Esa planta -Ramos Arizpe, de GM-, próximamente, alumbrará a otro modelo de Honda: Acura ZDX.

Ese será otro punto. La eventual fusión entre las japonesas planteará, por lo menos, preguntas en relación a las alianzas globales que integran. Hasta ahora, Renault llevó la voz cantante -y el mando- en el acuerdo con Nissan y Mitsubishi. ¿Continuará siendo así, con un jugador de mucho mayor peso como Honda definiendo el nuevo management de Nissan? Lo que lleva a otro interrogante: ¿aceptará GM los actuales términos de su acuerdo, ahora que Honda, indirectamente, ingresará a una alianza con un competidor directo de la estadounidense, en especial, en el desarrollo de tecnologías eléctricas?

Por ahora, recién comienzan las negociaciones.

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