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Carlos Peña: Aprender del 2024

El cierre del 2024 nos deja una valiosa lección: la necesidad de anticiparnos a los cambios económicos y fortalecer nuestras finanzas personales y empresariales. Este ha sido un año de profundas complejidades, influenciado por una recuperación global desigual tras grupos geopolíticos, múltiples conflictos internacionales y ajustes significativos en las políticas monetarias. En Latinoamérica, además, lidiamos con un rezago estructural donde las costumbres superan la educación financiera, dificultando la toma de decisiones estratégicas.

Para entender cómo enfrentar los retos de 2025, es fundamental analizar dos variables clave que impactan nuestras decisiones financieras:

1. *Política Monetaria y Tasa de Referencia Bancaria:*

Este año, los CETES cerraron en 9.93%, marcando una baja de 150 puntos base desde el inicio del año, cuando estaban en 11.27%. Esto refleja el esfuerzo del Banco de México para controlar la inflación y estabilizar el crecimiento económico. Sin embargo, el contexto sigue siendo incierto. La renegociación del T-MEC y las políticas proteccionistas anticipadas por Donald Trump añaden presión a un panorama ya desafiante, incluyendo la depreciación del peso.

En este entorno, los ahorradores e inversionistas deben considerar estrategias conservadoras, priorizando activos seguros como bienes raíces y proyectos agrícolas, que históricamente han demostrado estabilidad frente a las crisis.

2. *Costo del Crédito y Manejo de la Deuda:*

La TIIE cerró en 10.42%, definiendo el costo del crédito en México. Aunque el uso de deuda puede ser positivo si se destina a generar ingresos, es vital analizar su conveniencia antes de comprometerse. Créditos PYME, revolventes o quirografarios pueden ser herramientas valiosas si se alinean con un plan financiero sólido y bien estructurado.

*Perspectiva para el 2025*

El próximo año requerirá disciplina, planeación y la capacidad de identificar oportunidades incluso en momentos de adversidad. Las políticas monetarias continuarán ajustándose y la economía enfrentará nuevos desafíos. Por ello, el enfoque debe estar en la prevención, la diversificación del riesgo y la búsqueda constante de crecimiento sostenible.

2025 traerá retos, pero también la posibilidad de fortalecer nuestras finanzas si actuamos con inteligencia y visión a largo plazo.

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