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Brahim El Ourzadi corre más que los prejuicios

Abc.es 
En Toledo hay un «futuro profesor de universidad», y alguien a quien «le gusta hacer de todo menos estar parado», que va desmontando prejuicios a la misma velocidad a la que corre, que ya es decir. Brahim El Ourzadi (Marruecos, 2002) está en el último curso de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la UCLM y el domingo 8 de diciembre debutó con España en el Europeo de cross celebrado en Antalya (Turquía). Ha decidido competir con nuestro país porque «las oportunidades que me están dando no creo que me las den en Marruecos. Y también porque mi vida está aquí y qué mejor que representar a quienes me han acogido». En una prueba de 6,3 kilómetros dominada por el británico Will Barnicoat, con 18:27, El Ourzadi quedó 36º, con 19:20 , siendo el cuarto español en categoría sub-23 tras Miguel Ángel Martínez (20º), Pablo Alba (25º) y Jaime Migallón (28º). «Era la primera vez y, al no conocer a los rivales, iba a lo que surgiese. Aunque lo di todo, salí un poco 'reservón', tuve que remontar y en la última vuelta me pasó factura, pero, vamos, que corrí bastante bien, en mi línea: de menos a más», explica a ABC esta promesa del atletismo, que prefiere distancias algo más largas, las que se acercan a los diez kilómetros. Su historia es la de tantos migrantes. El padre fue el primero en cruzar el Estrecho y luego, cuando encontró un trabajo estable en la construcción, vino el resto de la familia. Proceden de Oued Zem, una ciudad de algo menos de 100.000 habitantes ubicada a 150 kilómetros al sureste de Casablanca, y se establecieron en Talavera de la Reina. Brahim, que entonces tenía cuatro años, corre desde los ocho. Siguió el ejemplo de sus hermanos mayores, Mohamed y Hamza, y se apuntó a la Unión Deportiva Atlética Talavera (UDAT). Y ahí sigue. «Lo más importante en el atletismo es la constancia; si no entrenas día a día, por muy bueno que seas, no vas a conseguir nada », considera. «Está bien soñar, pero tampoco ilusionarse con cosas que son muy difíciles y que, si no llegan, te decepcionas», añade. Los rodajes los hace por la senda ecológica, la zona de los lavaderos o La Peraleda, mientras que para las series se machaca en la pista de la Escuela de Gimnasia, donde empezó su exitosa trayectoria Irene Sánchez-Escribano , finalista olímpica de los 3.000 metros obstáculos en los Juegos de París de este verano. A la vez, Brahim anda enfrascado con el TFG (Trabajo Fin de Grado), que presentará en junio y que, como no podía ser de otra manera, versa sobre «los beneficios del entrenamiento en altitud para corredores de medio fondo y fondo». Él mismo estuvo «12 ó 13 días en septiembre en Navarredonda de Gredos», un pequeño pueblo de Ávila a más de 1.500 metros sobre el nivel del mar, para preparar la temporada de cross. «Mi intención es terminar este curso y después cometer la pequeña locura de matricularme en dos másteres: el de docencia, de lunes a jueves, y el de investigación, viernes y sábado», avanza antes de concluir: «No puedes pensar sólo en atletismo; primero, los estudios».

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