El irresoluble caballo de batalla de las pensiones
El parcheo anual del sistema de pensiones –último remiendo que dejó Escrivá antes de marcharse al Banco de España– señala que la pensión media crecerá un 2,8 por ciento, que es lo que han variado de media los precios entre diciembre de 2023 y el último noviembre. Está bien que así sea, de hecho alrededor de doce millones de pensionistas se verán beneficiados por esta subida que, en todo caso, no garantiza la sostenibilidad de un sistema camino de la quiebra (si no lo está ya) antes de que se complete la jubilación de los 'boomers'. No puede ser que empresas y trabajadores afronten subidas continuas de su cotización. Desde 2019, las empresas se quejan del alza en las cotizaciones de las bases máximas superiores al 30%, lo que lastra las posibles subidas salariales de sus empleados, que son los que costean las pensiones. Otros países usan un baremo que no se ciñe sólo al IPC, sino que además valoran el PIB y la evolución de los sueldos a la hora de calcular las subidas de las prestaciones.