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Reducción de bonos de vivienda excluyó a 7.300 familias en los últimos dos años

Los bonos familiares de vivienda (BFV), destinados a hogares en situación de vulnerabilidad y pobreza, registraron una disminución del 36% en los últimos años.

Entre 2022 y 2023, un grupo de 7.300 hogares dejaron de recibir estos subsidios, por lo que quedaron excluidos del acceso a una vivienda adecuada.

Entre 2017 y 2021, se otorgaron en promedio 11.952 bonos anuales; sin embargo, en 2022 y 2023, esta cifra cayó a 8.296, lo que representa un total de 3.656 bonos menos al año. En términos acumulativos, 7.300 familias quedaron excluidas de la posibilidad de acceder a una vivienda digna.

Esta disminución generó un impacto en las zonas más vulnerables del país, como la región Central, que concentra la mayor parte del déficit habitacional y reporta la menor entrega de BFV.

Además, la caída afecta negativamente el sector construcción y el empleo vinculado a esta actividad.

Estos datos fueron revelados por el estudio Balance y tendencias del sector vivienda 2023, desarrollado por la Universidad de Costa Rica (UCR), el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) y la fundación Gestionando Hábitat ORG.

El informe de la UCR atribuye en parte la caída en la entrega de bonos a un cambio en la política pública, que ha reducido el presupuesto destinado al Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi).

La Nación solicitó una reacción de esta institución, pero no obtuvo respuesta.

“La situación descrita evidencia un drástico cambio en relación con lo que había venido siendo la tendencia en cuanto al otorgamiento de los bonos y la atención a las necesidades residenciales de los sectores de menores ingresos y, seguramente, un retroceso en los indicadores de vivienda que se reflejará en años venideros”, afirma el reporte.

Hasta la fecha, el país cuenta con 421.000 viviendas construidas gracias a los bonos entregados en los últimos años. Esta cantidad ha ayudado al país a reducir el déficit habitacional. Sin embargo, la disminución en la entrega de bonos en el 2022 y el 2023 pone en riesgo los avances logrados en años anteriores, los cuales, aunque positivos, han sido insuficientes para abordar completamente la necesidad de vivienda que afrontan miles de hogares.

El bono familiar de vivienda es una transferencia de recursos públicos otorgada por el Estado a las familias beneficiarias, con el fin de ayudarles a acceder a una casa. Este subsidio puede destinarse a la compra, reparación o construcción de vivienda, la compra de un lote, o la adquisición de un lote y la construcción del inmueble.

137.000 familias viven en casas necesitadas de renovación total

Desigualdad en la distribución regional

Un aspecto que resalta el informe es la distribución desigual de los BFV entre las regiones del país. La región Central, que concentra el 71% del déficit de vivienda y el 65% de los asentamientos informales, recibe solo el 25,7% de los bonos otorgados.

En cambio, las regiones donde el déficit habitacional y las viviendas precarias son menores, como Brunca y Huetar Norte, han recibido una mayor proporción de subsidios. En estos casos, el estudio asocia el fenómeno a la mayor disponibilidad de terrenos en estas zonas, pues la región Central tiene menos lotes disponibles.

“La distribución de los bonos familiares de vivienda no ha sido proporcional entre las regiones, de acuerdo con los problemas de déficit, asentamientos informales y otras variables. Esta situación se acentúa en contra de la región Central, con respecto a la reducción sufrida en la distribución de los bonos. La región con la mayor concentración de problemas habitacionales es la que recibe, proporcionalmente, menos subsidios y es la que ha sufrido el recorte más drástico de los últimos dos años”, menciona el estudio.

Esta disparidad también se refleja en los permisos de construcción residencial tramitados en los últimos 10 años. En la región Huetar Caribe, por ejemplo, los BFV representan el 93% de los permisos tramitados; en esa zona, el sector construcción depende casi por completo de este mecanismo estatal.

Sin embargo, en la región Central sucede lo contrario, pues solo el 24% de la construcción residencial se financia mediante bonos.

Estos son los 20 distritos con mayor cantidad de precarios

Afectaciones al sector construcción

Los efectos de esta reducción van más allá de suplir la necesidad habitacional. De acuerdo con el estudio, los bonos de vivienda han sido un motor para la economía local debido a que generan empleo y dinamizan sectores relacionados con la construcción.

Debido a esto, la disminución en su otorgamiento no solo limita el acceso a vivienda, sino que también afecta el crecimiento económico en las comunidades más necesitadas.

Según el informe, esta situación compromete el progreso logrado en décadas anteriores y podría agudizar las desigualdades territoriales.

“La reducción en la cantidad de los bonos otorgados en los dos últimos años, aunque afecta en general a todos los sectores de bajos ingresos del país, puede tener implicaciones más marcadas en unas zonas que en otras. Esas afectaciones no solo son para las familias beneficiarias, sino para los comercios tipo ferreterías, depósitos de materiales, transportistas, trabajadores de la construcción, y otra amplia gama de trabajos relacionados con la construcción residencial”, advierte la investigación.

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