Definitivamente apocalíptico
Lo peor de todo es la cara de bobo que se te queda cuando cambias de canal la tele y cavilas lo que cuesta ese festival de la ramplonería, por cuánto nos sale esa apoteosis de la brocha gorda, ese hacerse de vientre siempre sobre lo mismo (a saber, la derecha, los católicos o cualquier cosa o personaje que a ellos les huela a naftalina) a través de ese decapante que desde años recubre el presunto 'humor inteligente'. Presunto y presuntuoso, porque el remoquete de inteligente es una merced que no merecen quienes, en cuestión de talento o manejo de esa vaselina que es la ironía, son más bien menesterosos. Es cierto que esa banalidad de los cómicos que triunfan... Ver Más