Berenguer fulmina al Atlético
Se veía el Atlético saliendo de San Mamés con un punto que no le servía del todo. Un empate que no alcanzaba para curar la herida abierta todavía por la derrota en Barcelona entre semana. Sin goles, pero con un punto. Algo es algo. Hasta que Nico Williams, que vuelve a ser el que ha sido, buscó desde su banda izquierda a Berenguer, que se asomaba al borde del área preparando ya el cuerpo para golpear la pelota con la izquierda. La mala.
Nico le envió la pelota y Berenguer la puso donde quería, pegada al poste izquierdo de Oblak, donde el esloveno no podía llegar. Un arranque de lucidez había bastado al Athletic para decidir un partido en el que ninguno de los dos equipos se dejó nada. Tenían heridas que sanar, derrotas intersemanales, que dicen ahora los que hacen los calendarios. Contra el Madrid y contra el Barcelona, pero derrotas.
Y los dos se lanzaron a ganar un partido que los alimentara de oxígeno. Primero fue el Atlético el que quiso mandar; después el Athletic y más tarde se enzarzaron en un ida y vuelta que acabó dejándolos sin fuerza y se suponía que sin goles.
En ese trajín al Atlético le anularon un gol por una falta al portero en un córner. El centrocampista madrileño de Moratalaz enganchó la pelota sin dejarla caer y la mandó a la esquina. Un golazo que no tuvo siquiera la oportunidad de una segunda vida en el VAR porque el árbitro, Hernández Maeso, había pitado antes de que Barrios enganchara la pelota.
Tocaba volver a empezar, pero el Atlético no era capaz de encontrar a Julián Álvarez. Lleva semanas desaparecido el jugador rojiblanco. En realidad, casi todo el curso. Ha disimulado con algunos fogonazos goleadores –tres al Rayo, dos al Madrid–, pero en realidad no se parece al futbolista para el que su entrenador reclamaba más presencia en los premios individuales de la temporada pasada.
Aparece para lanzar córners como ese que acabó enganchando Barrios, pero poco más. No se hace notar cuando la pelota está en juego y la presencia ofensiva del Atlético mejoró con la entrada de Sorloth.
Era Barrios el que mandaba en el centro del campo ante la ausencia de Koke, que esperaba en el banquillo hasta que Simeone lo mandó al campo en lugar de Gallagher. Más fluido el juego con el capitán que con el inglés.
Al Athletic la vida se la daba Nico Williams, que ya había intentado hacer en la primera parte algo parecido a lo del gol con Sancet en lugar de Berenguer. Pero con menos acierto en el remate.
El Atlético encontraba más salida por la izquierda con Nico González que por la derecha, donde Giuliano echa de menos a Marcos Llorente. Después de la lesión del internacional español es Molina el que le guarda las espaldas en su costado. Pero no es lo mismo.
Tuvo el Atlético la oportunidad de haber decidido el partido unos instantes antes del gol de Berenguer. Llegó por la izquierda el centro y Sorloth remató de cabeza en el área pequeña, pero estuvo Unai Simón tan ágil como en la primera parte para evitar un mano a mano de Almada. Cuando la pelota volvió al área contraria, el Athletic ganó el partido.