«Cette nuit, la liberté»
Pocos trenes han tenido tanta carga simbólica como el expreso que unía Madrid y París en los años 70. Tardaba 14 horas en recorrer el trayecto que comenzaba en la estación de Chamartín y acababa en la 'gare' de Austerlitz, un edificio rococó junto al Sena. Al descender del vagón bajo su enorme techumbre de acero y cristal, uno podía tener la sensación en aquellos tiempos de entrar en otro mundo. «Cette nuit, la liberté», me decía un compañero de la facultad antes de desplazarse a París cuando todavía vivía Franco. La libertad era lo que buscamos quienes viajábamos allí para estudiar, ver películas prohibidas y pasear por el Barrio Latino . Una mezcla de euforia y ansiedad era lo... Ver Más