Los 25 mejores juegos de 2025: Despelote y su honesta mirada autobiográfica con el fútbol como excusa
En un año repleto de superproducciones casi inabarcables, despelote, la obra de Julián Cordero y Sebastián Valbuena se cuela en nuestro top por una razón tan sencilla como poderosa: su honestidad.
Al echar la vista atrás para recopilar lo mejor que nos ha dejado este 2025, es fácil dejarse cegar por los gráficos hiperrealistas o las mecánicas complejas. Sin embargo, despelote se ha ganado su lugar en esta lista por méritos propios, ofreciendo algo que lamentablemente vemos poco en la industria actual: una honestidad autobiográfica que desarma al jugador desde el primer minuto. Como ya comentamos en su análisis, este título es un "videojuego sobre la niñez, la comunidad y el fútbol", y es precisamente esa jerarquía la que hace imprescindible este proyecto desarrollado por Julián Cordero y Sebastián Valbuena.
¿Por qué figura despelote entre los mejores del año? Porque entiende que el videojuego es un medio perfecto para la preservación de la memoria. No se trata de simular un partido de fútbol, sino de simular lo que sentíamos al patear un balón cuando teníamos ocho años, un matiz abismal. La obra nos traslada a un Ecuador en plena efervescencia por la clasificación al mundial de Corea-Japón, pero utiliza ese contexto histórico únicamente como hilo conductor para hablar de algo mucho más íntimo: la pertenencia.
Uno de los mayores logros de despelote, y el motivo por el que sigue resonando en nuestra cabeza meses después de haberlo terminado, es su capacidad para convertir el costumbrismo en una mecánica de juego. En esta lista de los 25 mejores hay juegos con sistemas de combate intrincados, pero pocos logran lo que este indie consigue con un simple botón dedicado a saludar con la mano.
Esa interacción, tan sencilla sobre el papel, crea una conexión con el entorno tridimensional que es, sencillamente, mágica. Al recorrer ese barrio representado con la peculiar estética 1-bit, no somos un turista; somos parte de la comunidad. El juego utiliza ese estilo visual emborronado para replicar la textura de los recuerdos, permitiendo que las manchas blancas (los personajes y objetos con los que interactuamos) destaquen como destellos de lucidez en la memoria de Julián.
No podíamos dejar a despelote fuera de lo mejor de 2025 por cómo trata el sonido. Si el apartado visual es una representación abstracta de la memoria, el apartado sonoro es de un realismo que asusta. La naturalidad impactante de las voces, con ese acento y esa jerga tan específica, ancla la experiencia a la realidad de una forma que pocas veces hemos visto. Es un recordatorio de que las historias locales, cuando se cuentan con corazón, se vuelven universales.
A nivel jugable, sigue siendo una delicia. El control, que nos pide cargar la pierna con el joystick para patear, es inmensamente satisfactorio. No busca la precisión de la simulación del deporte de élite, sino la alegría física del juego callejero. Patear una botella porque un adulto nos ha quitado el balón, o pasar la pelota a un amigo en el parque, se convierten en actos de rebeldía y camaradería infantil que definen la experiencia.
Incluimos a despelote en este selecto grupo porque es un videojuego potente e inspirador. Dura apenas un par de horas, pero su efecto perdura mucho más. Es como ese buen libro que, al cerrarlo, te obliga a quedarte un rato mirando al techo, procesando lo vivido.
Además, el juego se estrenará en Nintendo Switch el 11 de diciembre en Estados Unidos y Latinoamérica, mientras que llegará a Europa el 13 de enero del 2026, por lo que es una buena compra navideña que se suma al juego en oferta en PC a través de Steam:
En un 2025 donde muchos juegos nos han pedido cientos de horas de nuestro tiempo, despelote nos pidió solo un momento de nuestra atención para regalarnos una infancia ajena, cálida y atrevida. Es una obra que demuestra que la vanguardia del videojuego no siempre está en la tecnología punta, sino en la capacidad de hacernos sentir, recordar y, sobre todo, revivir. Por su valentía, su estética preciosa y su alma costumbrista, despelote es, sin duda, uno de los juegos del año.
Al echar la vista atrás para recopilar lo mejor que nos ha dejado este 2025, es fácil dejarse cegar por los gráficos hiperrealistas o las mecánicas complejas. Sin embargo, despelote se ha ganado su lugar en esta lista por méritos propios, ofreciendo algo que lamentablemente vemos poco en la industria actual: una honestidad autobiográfica que desarma al jugador desde el primer minuto. Como ya comentamos en su análisis, este título es un "videojuego sobre la niñez, la comunidad y el fútbol", y es precisamente esa jerarquía la que hace imprescindible este proyecto desarrollado por Julián Cordero y Sebastián Valbuena.
¿Por qué figura despelote entre los mejores del año? Porque entiende que el videojuego es un medio perfecto para la preservación de la memoria. No se trata de simular un partido de fútbol, sino de simular lo que sentíamos al patear un balón cuando teníamos ocho años, un matiz abismal. La obra nos traslada a un Ecuador en plena efervescencia por la clasificación al mundial de Corea-Japón, pero utiliza ese contexto histórico únicamente como hilo conductor para hablar de algo mucho más íntimo: la pertenencia.
La belleza de lo cotidiano
Uno de los mayores logros de despelote, y el motivo por el que sigue resonando en nuestra cabeza meses después de haberlo terminado, es su capacidad para convertir el costumbrismo en una mecánica de juego. En esta lista de los 25 mejores hay juegos con sistemas de combate intrincados, pero pocos logran lo que este indie consigue con un simple botón dedicado a saludar con la mano.
Esa interacción, tan sencilla sobre el papel, crea una conexión con el entorno tridimensional que es, sencillamente, mágica. Al recorrer ese barrio representado con la peculiar estética 1-bit, no somos un turista; somos parte de la comunidad. El juego utiliza ese estilo visual emborronado para replicar la textura de los recuerdos, permitiendo que las manchas blancas (los personajes y objetos con los que interactuamos) destaquen como destellos de lucidez en la memoria de Julián.
Una experiencia sensorial
No podíamos dejar a despelote fuera de lo mejor de 2025 por cómo trata el sonido. Si el apartado visual es una representación abstracta de la memoria, el apartado sonoro es de un realismo que asusta. La naturalidad impactante de las voces, con ese acento y esa jerga tan específica, ancla la experiencia a la realidad de una forma que pocas veces hemos visto. Es un recordatorio de que las historias locales, cuando se cuentan con corazón, se vuelven universales.
A nivel jugable, sigue siendo una delicia. El control, que nos pide cargar la pierna con el joystick para patear, es inmensamente satisfactorio. No busca la precisión de la simulación del deporte de élite, sino la alegría física del juego callejero. Patear una botella porque un adulto nos ha quitado el balón, o pasar la pelota a un amigo en el parque, se convierten en actos de rebeldía y camaradería infantil que definen la experiencia.
despelote, un juego que deja poso
Incluimos a despelote en este selecto grupo porque es un videojuego potente e inspirador. Dura apenas un par de horas, pero su efecto perdura mucho más. Es como ese buen libro que, al cerrarlo, te obliga a quedarte un rato mirando al techo, procesando lo vivido.
Además, el juego se estrenará en Nintendo Switch el 11 de diciembre en Estados Unidos y Latinoamérica, mientras que llegará a Europa el 13 de enero del 2026, por lo que es una buena compra navideña que se suma al juego en oferta en PC a través de Steam:
- Comprar despelote en Steam de oferta por 9,09
- Comprar despelote en PS Store por 13,99
- Comprar despelote en Xbox Store por 13,99
En un 2025 donde muchos juegos nos han pedido cientos de horas de nuestro tiempo, despelote nos pidió solo un momento de nuestra atención para regalarnos una infancia ajena, cálida y atrevida. Es una obra que demuestra que la vanguardia del videojuego no siempre está en la tecnología punta, sino en la capacidad de hacernos sentir, recordar y, sobre todo, revivir. Por su valentía, su estética preciosa y su alma costumbrista, despelote es, sin duda, uno de los juegos del año.