Las CCAA salvan el mercado del motor y ponen en evidencia la urgencia de activar el nuevo Plan Auto+
España ha encontrado un punto de inflexión en la política pública del automóvil, y ese punto se llama proximidad territorial. Tras años de medidas irregulares, falta de continuidad y un mercado deprimido, 2025 ha servido para demostrar que las comunidades autónomas tienen la llave para dinamizar la demanda, conectar con las clases medias y reducir brechas que durante demasiado tiempo habían frenado la modernización del parque.
Esa es la principal conclusión que ha trasladado Faconauto en su balance del ejercicio. Y la cifra lo dice todo: sin el efecto conjunto de los planes autonómicos, el mercado habría perdido unas 120.000 operaciones y se habría quedado en niveles similares a 2024. El impacto no es marginal: es estructural. Para la patronal, el papel de las CCAA durante 2025 ha sido “decisivo” y constituye un modelo a consolidar para los próximos años.
Marta Blázquez, presidenta de Faconauto, lo resume de manera gráfica:
“Las comunidades autónomas han demostrado en 2025 que son un motor decisivo para llegar a las clases medias y acelerar la transición sin imponer un sesgo energético. Sus planes han permitido cerrar brechas sociales, territoriales y de movilidad que no siempre se tienen en cuenta”.
La lectura es clara: mientras el Estado diseñaba la gran arquitectura normativa, han sido las autonomías quienes han llevado los incentivos al territorio con mayor rapidez, cercanía y capacidad de reacción.
Auto+ y Renovación del Parque: un binomio “imprescindible”
Con ese contexto, Faconauto ha marcado una prioridad: activar ya el Plan Auto+ y complementarlo con el Plan Nacional de Renovación del Parque, cuyo lanzamiento debe producirse —por mandato de la Ley de Movilidad Sostenible— en un plazo máximo de tres meses.
Por primera vez, argumenta la patronal, España dispone de un marco estratégico coherente para avanzar hacia la descarbonización sin dejar a nadie atrás, reforzar las inversiones en electrificación y garantizar que el mercado sostenga la industria.
Blázquez lo expresa con una advertencia contundente:
“Sin mercado no hay industria. La Ley marca tres meses, y ese plazo debe cumplirse”.
La combinación de ambos planes permitiría:
- Retirar los vehículos más contaminantes.
- Acompañar al comprador en la transición hacia modelos electrificados y conectados.
- Reducir desigualdades territoriales.
- Asegurar el empleo y fortalecer la red de concesionarios.
- Recuperar un volumen de 1,3 millones de matriculaciones, el nivel necesario para consolidar la industria nacional.
Faconauto considera estos programas como el “seguro de vida” del sector: un mecanismo que conecta la transición ecológica con la realidad económica de los hogares y que permite ganar tiempo para cumplir los objetivos europeos sin sacrificar competitividad.
Un 2025 que despeja dudas: electrificación, reposición y territorio
La patronal sostiene que la evolución del mercado en 2025 —cerca de 1,2 millones de unidades— responde a la coincidencia de tres factores, todos ellos con una lectura positiva para 2026.
- Impulso real de la electrificación.
La cuota rozará el 25%, un avance notable respecto a ejercicios anteriores. Por primera vez, los incentivos han funcionado con agilidad, la oferta eléctrica ha sido más competitiva y el mapa REVE ha unificado y simplificado la búsqueda de puntos de recarga. - Reposición acelerada por la DANA.
El programa Reinicia Auto+ permitió que miles de familias recuperaran su movilidad tras los graves daños sufridos. Un modelo ágil que Faconauto señala como referencia para los futuros planes estatales. - Despliegue masivo de ayudas autonómicas.
Aquí reside el cambio estructural que marca el año: incentivos cercanos, adaptados a la realidad local y con una gran capacidad para activar a las clases medias. Un ejemplo del nuevo paradigma en el que las autonomías dejan de ser actores secundarios para convertirse en auténticos catalizadores de la demanda.
2026: el año de la consolidación
Si 2025 ha marcado la senda de recuperación, 2026 debe ser el año en el que España dé un salto cualitativo. Faconauto maneja dos escenarios:
- Escenario moderado: entorno a 1.250.000 matriculaciones.
- Escenario de avance sólido: 1.300.000 unidades, cifra que permitiría consolidar el mercado interior e impulsar aún más la electrificación.
La patronal considera plenamente viable alcanzar un 33% de electrificación en 2026. Los factores que lo respaldan son claros:
- Ayudas estables y ágiles a través del próximo Auto+.
- Más puntos de recarga en territorio nacional.
- Mayor disponibilidad de modelos con precios competitivos.
- Consumidores con más confianza, más renta disponible y un contexto de inflación moderada y tipos de interés más bajos.
Además, Faconauto avanza que ya se está diseñando el nuevo Auto+, inspirado en la experiencia valenciana del Reinicia Auto+, caracterizado por su agilidad administrativa y su eficacia en la tramitación directa y rápida.
Los concesionarios: empleo estable, márgenes bajo presión
En el capítulo laboral, la red de concesionarios cerrará el ejercicio con una cifra cercana a los 165.000 empleos, un dato que se mantiene estable pese a que la rentabilidad sigue muy ajustada: apenas un 1,4% en el tercer trimestre.
A ello se suma un déficit creciente de talento, especialmente en posventa, donde la transición tecnológica exige perfiles más especializados y difíciles de encontrar.
El sector, por tanto, necesita estabilidad normativa y un volumen de mercado suficiente para poder sostener su estructura y afrontar inversiones cada vez más intensivas.
Una oportunidad histórica que no admite demora
El mensaje final de la presidenta de Faconauto es inequívoco: España está ante una oportunidad única.
“2025 nos ha demostrado que, cuando la política pública se diseña con rigor y se ejecuta con coherencia, el mercado responde. Ahora debemos dar el siguiente paso”.
Los instrumentos están encima de la mesa: el nuevo Plan Auto 2030, el Plan Auto+, el mandato legal de activar la renovación del parque y un tejido autonómico que se ha revelado como un motor imprescindible.
El plazo es de tres meses. Y, según Faconauto, también la ventana para transformar un marco estratégico en resultados tangibles. Un aviso en forma de urgencia y de ambición: o España acelera ya, o perderá una oportunidad que no volverá a repetirse.