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KIA se alza con el Premio al Mejor Coche del Año en España 2026

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El Kia EV3 se ha coronado como ganador de la 54.ª edición del Premio ABC al Mejor Coche del Año, imponiéndose en la votación global —lectores, suscriptores y jurado profesional— con un 25,2 % de los votos.

Este resultado confirma una vez más la tendencia hacia la electrificación y el auge de los SUV eléctricos compactos, sobre todo si como es el caso llegan con argumentos técnicos sólidos y precio competitivo.

Frente a los modelos finalistas, en dura liza con el Dacia Bigster, la votación conjunta de profesionales y lectores revela que la apuesta eléctrica realista es hoy una opción atractiva.

Pero seamos realistas, no ha sido una victoria arrolladora. El segundo clasificado, Dacia Bigster, quedó muy cerca (23,7 %). De hecho, entre los lectores/suscriptores, el EV3 ganó con un margen estrecho (48,2% vs. 46,3 %), pero entre el jurado profesional el Bigster superó al EV3 (9,8 % vs. 9,6%).

Este equilibrio revela una doble realidad: por un lado, un público general cada vez más receptivo a la electrificación; por otro, un jurado exigente que aún valora criterios tradicionales como relación precio-beneficio, practicidad, fiabilidad y versatilidad.

El resultado parece un punto de inflexión: no hay rechazo al coche eléctrico; la comunidad automovilística —periodistas, lectores, compradores potenciales— ya normaliza su presencia como opción «de verdad». 

Entre el resto de candidatos el Hyundai Inster (6,45%) ha completado el podio con un precio competitivo, un tamaño excelente para ciudad y un consumo muy bajo. Representa muy bien el eléctrico urbano, pero el premio exige un coche más polivalente. Por detrás ha quedado el Lexus RZ (6,21%) apalancándose en su representación del lujo eléctrico, y el Citroën C5 Aircross (6,19%) casi le empata con su apuesta por la confortabilidad.

Renault 4, Skoda Elroq, BYD Dolphin Surf, Fiat Grande Panda, Leapmotor C10, Opel Frontera y Ebro S400 completan el orden de clasificación. La edición 2026 del premio ha demostrado que para ganar no valen los extremos: ni solo en precio mínimo, ni solo en exclusividad. El mercado premia equilibrio, no valen territorios secundarios.

El KIA EV3 demuestra que no hace falta pertenecer a la gama premium para tener un eléctrico serio. Es un producto listo para competir en volumen, con argumentos sólidos para convencer al comprador prudente sin renunciar a la electrificación. El EV3 reúne lo que el mercado demanda hoy: electrificación accesible, autonomía competitiva y propuesta práctica.

​Visión de futuro, coherencia técnica, sentido común y competitividad real. No rendimos culto al lujo ni a la novedad por sí misma: premiamos el sentido práctico.

El Dacia Bigster —un SUV grande con una propuesta de valor y coste ajustado— presenta argumentos sobrados para haber sido el favorito del jurado. Ofrece valor tangible para todos.

El Bigster es un coche que habla el idioma clásico del coche del año. Tamaño generoso, planteamiento robusto, costes contenidos desde el punto de vista industrial, mecánicas sencillas, reparabilidad fácil y una clara vocación de uso prolongado. Es el coche que funciona en casi cualquier escenario sin exigir demasiadas explicaciones.

Desde un enfoque estrictamente racional, el Bigster representa una virtud que se valora mucho: máximo coche por euro invertido. Espacio, visibilidad, modularidad, mantenimiento ajustado y una propuesta honesta. Nada de marketing eléctrico, nada de promesas futuristas. Coche, puro coche, híbrido además.

Por eso no es ningún accidente que buena parte del jurado profesional se inclinara por él: es una apuesta segura, previsible y con pocos puntos débiles estructurales. El Bigster representa el presente bien hecho: coche grande y accesible. El EV3 representa el futuro inmediato ya maduro: eléctrico usable sin concesiones dramáticas.

El triunfo del Kia EV3 como Mejor Coche del Año en el premio ABC ha sido ajustado, discutido y, precisamente por eso, especialmente interesante. Porque el jurado profesional —el que vota con cuaderno de notas— se ha dividido de forma muy clara frente al Dacia Bigster. Dos coches, dos filosofías, dos respuestas al mismo problema: cómo dar valor real a un comprador cada vez más exigente.

Y en esa fotografía partida es donde se entiende mejor por qué, al final, el EV3 termina imponiéndose como solución de futuro. Lo que explica el vuelco final no es que el Bigster sea peor, sino que el EV3 ya está jugando otra partida. El triunfo del KIA es un premio al salto de madurez del coche eléctrico generalista. El Bigster puede haber sido el último gran representante del modelo térmico híbrido racional.

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