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Huelva: una Navidad con corazón en la ciudad que invita a vivir

Abc.es 
En Huelva, la Navidad no se consume: se disfruta. No se contempla desde la distancia: se comparte y se pasea. Porque en Huelva la Navidad tiene un sello propio: es una Navidad con corazón, en un destino tranquilo, amable, acogedor y auténtico. La ciudad late a un ritmo diferente, ya que el clima suave permite caminar bajo el alumbrado sin abrigo pesado, las terrazas siguen llenas, los niños juegan, los mayores conversan y los visitantes se sienten parte de la vida local desde el primer minuto. La primera señal de que algo especial comienza se siente con el encendido del alumbrado navideño, con más de 160 espacios en la ciudad: un gesto que despierta la ilusión colectiva. La Gran Vía se convierte en un escenario vivo con espectáculos diarios de luz y música que congregan a familias enteras, grupos de amigos y visitantes que levantan la vista con la misma expresión que se tiene al abrir un regalo inesperado. Incluso el entorno del hospital (conocido como el 'Patio del Amor') se ilumina con un propósito precioso: que los niños que pasan estas fechas ingresados también sientan la magia de la Navidad. Su programación navideña está pensada para todas las edades . Para los pequeños, espectáculos de teatro de calle, nevadas artificiales en varios barrios, atracciones infantiles y la visita del paje real a zonas comerciales. Para las familias, actividades tan singulares como los viajes gratuitos en globo aerostático sobre la ciudad y el mar. Para quienes disfrutan de las tradiciones, belenes con identidad propia: el histórico Belén Municipal y el sorprendente Belén Rociero de Playmobil, el más grande de España, con más de 60.000 piezas y 1.500 figuras que representan la peregrinación al Rocío entre marismas y arenas. Para los amantes de la música, conciertos de artistas nacionales y zambombas que llenan las calles de villancicos, palmas y compás flamenco. Uno de los momentos más icónicos de la Navidad en Huelva es la llegada de los Reyes Magos por la ría (el 5 de enero, la cabalgata transformará Huelva en un cuento en movimiento, lleno de luz, color, caramelos y sorpresas). Antes, el Heraldo Real recorrerá las calles para recoger las cartas y recibir las llaves de la ciudad. Emoción propia de una ciudad en la que la Navidad se vive sin agobios, sin colas interminables y sin saturación, donde aún es posible caminar despacio, entrar en una tienda y ser atendido por alguien que pregunta por tu nombre o tu idea de regalo, sentarse en una terraza a media tarde y olvidarse del reloj, pasear por calles iluminadas sin agobios… la Navidad con un ritmo humano. En el caso del comercio local, el Ayuntamiento ha habilitado un gran aparcamiento gratuito junto al Muelle del Tinto, a pocos minutos del centro, para que los visitantes lleguen con comodidad y disfruten del comercio de proximidad, parte de la identidad de la ciudad. Y si hay espacios donde ese comercio late con fuerza son los mercados tradicionales: el Mercado del Carmen y el histórico Mercado de San Sebastián, dos templos gastronómicos donde la cultura del producto fresco se une con la esencia social de los barrios. Si hablamos del buen vivir, hay algo que forma parte inseparable de la experiencia de visitar Huelva: su gastronomía, y la Navidad es el momento perfecto para saborear productos únicos como la gamba blanca, el jamón de Jabugo, los vinos del Condado, las chacinas serranas y la cocina marinera tradicional. En Huelva, comer no es una obligación: es un ritual, una celebración, una forma de compartir. A todo ello se suma su patrimonio cultural y natural. A pocos minutos del centro, se encuentran lugares tan singulares como el Muelle de la Compañía Minera de Riotinto o el Barrio Reina Victoria; la ría (la luz se refleja con una serenidad casi pictórica); y el Paraje Natural Marismas del Odiel, Reserva de la Biosfera por la UNESCO, uno de los humedales más valiosos del sur de Europa. Quien visita Huelva en Navidad descubre una ciudad que no se disfraza para estas fechas: se reconoce. Una ciudad segura, amable, familiar y cercana, que no aspira a ser la más masificada, sino la más humana, donde el visitante no se siente turista: se siente invitado. Una ciudad donde el tiempo parece estirarse, recordando que aquí se vive de otra manera: más despacio, más profundamente, más de verdad. Porque Huelva es, también en Navidad, la ciudad del buen vivir. Por eso, la invitación es sencilla: ven a vivirla. Pasea por sus calles iluminadas. Descubre su programación. Prueba sus sabores. Habla con su gente. Observa su ritmo. Siente su calma. Porque hay muchas Navidades en el mundo, pero solo una se vive así: Huelva, la Navidad con corazón.

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