El hombre de la estrella en la frente
Washington, 11 de diciembre de 1898. Ese día, todos los cubanos dignos, tanto dentro como fuera de la Isla, se estremecían con una noticia impactante, a la par que dolorosa: de forma repentina, lejos del país al que dedicó su vida y a la edad de 59 años, fallecía el Mayor General del Ejército Libertador, Calixto García Íñiguez.
Este jefe militar mambí por excelencia protagonizó una existencia que, en sí misma, fue una muestra de superación y amor a su Patria. Calixto siempre estuvo ahí, desde el alzamiento de 1868 en la Demajagua, hasta la intervención norteamericana de 1898 cuando la independencia, que había costado tanto sudor y sangre, ya era un hecho palpable.
Su bravura y fortaleza de carácter lo convertía en un ser respetado y temido por subalternos y enemigos. Era un General de disciplina férrea e inmenso sentido del deber, pero según cuentan los historiadores, también tenía un lado benevolente y un curioso sentido del humor. Ese lo llevó consigo en las tres guerras en las que combatió.
Sinónimo de león para muchos, él, que apenas tuvo formación académica en su niñez y juventud, fue uno de los estrategas más destacados, gracias a su preparación autodidacta. El hombre de la estrella en la frente, como lo definió José Martí, ocupa un lugar central en las páginas de la historia de Cuba y constituye un orgullo, a la vez que un símbolo, para la provincia de Holguín.
«Me pongo orgulloso de mis holguineros cuando los veo como pegan (…) es porque yo quisiera que fueran los que más hicieran, que no en vano he nacido entre el Marañón y el Jigüe», expresó al referirse de sus coterráneos allá, por el siglo XIX. ¡Qué orgullo sentiría Calixto si viera a su gente hoy!
Un pueblo que se enfrenta cada día a nuevos retos, pero que nunca pone en duda la destreza de sus hijos para esquivar obstáculos. No son pocos los desafíos, tampoco lo fueron para el león holguinero, pero ver su imagen imponente en el centro del parque que lleva su nombre, inspira a superar cualquier dificultad.
Su figura está en el día a día de los nacidos en esta parte de Cuba, desde la primera infancia. Muchos lo ven como una leyenda, un ser de mármol que es eterno guardián de la ciudad, un héroe valeroso que luchó por la libertad de su nación y nunca detuvo su actuar en beneficio de esta.
El gran afecto que sentía por su natal Holguín se evidencia en su epistolario, en el cual da muestras de un profundo amor por su lugar de origen. Hoy, la impronta de Calixto García, el general de las tres guerras, constituye un referente seguro para todos los hijos de su Patria.