Aragón votará el 8 de febrero de 2026 tras el fracaso de las últimas negociaciones de PP y Vox
Último intento quemado. Ayer hubo un fino cambio de discurso sobre la tarima parlamentaria. Detrás del atril, Jorge Azcón consideró que someterse ahora al referendo de los ciudadanos no es tan malo , de hecho es una buena noticia si sale un gobierno más fuerte. Fueron sus palabras. Mientras, Pilar Alegría hablaba de que no era seguro que ella fuera candidata a enfrentarse al barón popular, y eso que su nombramiento como secretaria general del socialismo aragonés esquivó las primarias internas frente a Darío Villagrasa, candidato lambanista, como si fueran agua hirviendo. Por si acaso. Ahora, para ser candidata a presidir el Gobierno de Aragón, tendrá que dejar la cartera y traer sus propios pasos de vuelta de Madrid a Zaragoza. Y Alejandro Nolasco, líder de Vox, suscribía también ayer día 11 de diciembre que no va a firmar nada a ciegas, ni cheques en blanco ni todas las peticiones que haga el PP, pero con la "firme voluntad" de llegar a un acuerdo preupuestario porque es la ley más importante de la comunidad. Así las cosas y con poco margen a las negociaciones abiertas se han presentado hoy viernes día 12 para poner fin a la legislatura con todas estas posiciones encontradas y estos vaivenes en los discursos de semanas anteriores. Ahora empieza un tiempo nuevo. Las reuniones casi no hacían falta, porque todo el pescado estaba vendido si nadie cedía en sus posiciones, y el fracaso en la negociación se veía venir antes de ponerse tras una mesa en el edificio Pignatelli. Dicho lo cual y tras este mínimo contexto, Aragón se encamina a votar el próximo año, más pronto que tarde según todos los datos: fuentes bien informadas apuntan al 8 de febrero, pero la fecha, según Roberto Bermúdez de Castro, consejero de Hacienda e Interior de este Ejecutivo que agota la XI legislatura, es lo menos importante. Lo sustancial es el proyecto y el del PP abarca a todos los aragoneses, que le pueden dar su respaldo. Y confían en que lo hagan mayoritariamente. También son sus palabras. Será la primera vez que en esta comunidad se adelanten unos comicios en la historia democrática. La convocatoria se hará oficial el próximo lunes en el edificio Pignatelli de Zaragoza, cuando esta vez sí comparezca a quien corresponde llamar a las urnas: el presidente aragonés en el mando, anunciará la disolución de las Cortes y dará el pistoletazo de salida al tiempo preelectoral. En su comparecencia hoy tras la segunda y última reunión de Vox y PP, Nolasco ha señalado que no han obtenido respuesta a la petición del presupuesto al detalle. "Nos dieron 24 horas para decir un 'sí' o un 'no'", para estudiarlos con rigurosidad. "No cuela por parte del Gobierno de Aragón que no es serio que les enviemos un correo electrónico ayer, pero se lo venimos solicitando desde octubre de 2024. Todos los grupos parlamentarios deberían tener acceso al contenido de los presupuestos para pronunciarnos sobre ellos". En estos meses que se han reclamado las cuentas, desde el PP no se han felicitado. "Parece que se avergüencen de sus propios presupuestos". La conclusión es clara: "Azcón quiere elecciones y para tener un relato se ha buscado una excusa para convocar" la cita con las urnas. "No se siente cómodo con un socio que le hace bajar impuestos o limpiar el cauce de los ríos y la lucha contra la inmigración ilegal", como se va a hacer en la Comunidad Valenciana y "no le debe gustar el resultado de las urnas que obtuvo en mayo de 2023". Según Nolasco, la pinta que tiene -porque según el portavoz de Vox no tienen la respuesta clara y oficializada por parte del equipo de Azcón- es que "se van a gastar 4 millones de euros" en unas elecciones autonómicas. Vox ha vuelto a poner a Azcón en la dicotomía: qué PP es, el de María Guardiola o el de Juanfran Pérez Llorca, y parece que el PP de Azcón anhela ser como el extremeño.