Solo para mayores de 16, por Mirko Lauer
La noticia sobre la nueva ley australiana que prohíbe a jóvenes de 16 o menos acceso a las plataformas llamadas medios sociales está dando la vuelta al mundo. Un par de países declaran estar dispuestos a seguir el ejemplo pronto. Entre los vetados: TikTok, Facebook, Instagram, YouTube, Snapchat. Las cuentas infantiles se eliminan y no pueden renovarse.
Pero lo anterior no significa que esos jóvenes estén impedidos de entrar a Internet o acceder a otras formas de servicio digital. La tecnología educativa digital continuará siendo importante dentro y fuera del aula escolar.
La decisión de Australia se basa en la convicción de que las plataformas digitales han demostrado ser dañinas para los muy jóvenes. Se asume que impedir el acceso protegerá a los niños de daños en línea, limitará el bullying y reducirá la exposición a esquemas adictivos. Dinamarca y Noruega ya están estudiando la posibilidad de leyes similares.
Como era de prever, las plataformas mismas han protestado y anunciado juicios contra el gobierno de Canberra. Pero el primer ministro Anthony Albanese se mantiene firme, aun si los quinceañeros de su país se oponen en un 70%. Indonesia y Francia son dos países muy a favor, con más de 85%, frente a un promedio mundial aprobatorio de 71%.
La toxicidad de las plataformas digitales, no solo para los niños, viene siendo denunciada desde hace ya buen tiempo, pero ningún gobierno se había atrevido a enfrentar a lo que son los grandes poderes del siglo XXI. Lo que ha cambiado las cosas es la multiplicación de los casos de daño puntual de diverso tipo.
Una advertencia del cirujano general de los EE. UU. en el 2023 dice que “los medios sociales pueden dañar la salud mental de niños y adolescentes”. Esto sería por cambios en partes del cerebro vinculados con las emociones y el aprendizaje. “Además, pueden afectar el control de impulsos, la conducta social y la sensibilidad ante castigos y premios sociales”.
Cae por su peso que algo tan dañino para la salud mental de los más jóvenes es susceptible de tener algunos efectos negativos en los de más edad. Las críticas a la influencia del algoritmo en las cuestiones humanas son crecientes. Las plataformas han pasado de ser un beneficio público a ser un descarnado negocio, propiedad de magnates desacreditados.