Cuando en unas décadas los futuros dramaturgos españoles escriban, ya reposada, la tragicomedia sobre la actual pareja presidencial, dudarán si añadir o no en las acotaciones iniciales el «Basado en hechos reales». No, no creo –no quiero creer– que se instale en España una censura sobre los asuntos de Palacio. Pero, a veces, los de abajo, los que conformamos el pueblo, no estamos preparados para conocer tan inauditas realidades. Nos está pasando estos días con el espectáculo que se representa, simultáneamente... Читать дальше...