Fafo, la nueva dieta que te hace bajar hasta un kilo a la semana y es una de las más populares del momento
La dieta FAFO, que toma su nombre del acrónimo Flexible and Friendly for the Overweight ("flexible y amigable para las personas con sobrepeso", según la traducción), fue creciendo en popularidad lenta, pero sostenida y hoy es una de las más seguidas en buena parte de Europa.
Junto a la dieta mediterránea, atlántica, cetogénica o el ayuno intermitente hoy, la dieta FAFO ganó seguidores entre pacientes y especialistas que luchan contra la obesidad. Basada en la mediterránea, la FAFO ganó su lugar de privilegio gracias a su adaptabilidad y buenos resultados.
Ante el incremento de popularidad, el miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), doctor Rafael Gómez y Blasco, aclaró que esta dieta consiste en: "un cambio flexible y adaptado en el estilo de vida y se sustenta en alimentos similares a los de la dieta mediterránea".
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¿Qué aspectos incorpora la dieta FAFO?
Este régimen resulta tan exitoso porque no solamente realiza un registro de los alimentos sino que también toma en consideración costumbres de los individuos que hasta el momento no habían sido completamente consideradas a la hora de planificar una dieta para bajar de peso.
- La profesión.
- La actividad física.
- El lugar de procedencia.
- Costumbres del paciente.
- Posibilidades económicas.
Se trata ni más ni menos que de un cambio de hábito "Este cambio de hábito se hace fácil de realizar cuando se lleva a cabo por manos expertas. Cuando se realiza de manera adecuada hace perder a las personas entre medio y un kilo por semana", explicó el doctor Gómez y Blanco.
Otra de los diferenciales de este plan es que fácilmente puede ser seguida por el resto de la familia, tan solo ajustando cantidades lo que facilita el seguimiento de la misma.
¿De qué se trata la dieta mediterránea?
La dieta mediterránea es un programa alimentario que se complementa con la práctica de ejercicio físico y el clima de los países cercanos al mar Mediterráneo.
En términos de alimentación, la dieta mediterránea se basa en los ingredientes propios de la agricultura local de los países con clima mediterráneo, fundamentalmente España e Italia. Se resume en reducir el consumo de carnes e hidratos de carbono en beneficio de más alimentos vegetales y grasas monoinsaturadas.
Alimentos básicos que integran la dieta mediterránea
- Verduras
- Legumbres
- Fruta
- Pescado
- Carnes blancas
- Pastas
- Arroz
- Frutos secos
- Vino con moderación.
La dieta mediterránea promueve el consumo de aceite de oliva frente a otros tipos de aceite y especialmente frente a la manteca. En este patrón alimentario, escasean productos como las carnes rojas, los dulces y los huevos.
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Este programa también tiene en cuenta las recetas típicas, así como las formas de cocinar tradicionales y otros factores culturales como el hábito de las comidas compartidas en familia o con amigos, las tradiciones y las celebraciones.
¿Cuál es la diferencia entre la dieta FAFO y la Mediterránea?
La diferencia entre la dieta mediterránea y la FAFO es que se tiene en cuenta la profesión, la actividad física, el lugar de procedencia, las costumbres del paciente, así como también sus posibilidades económicas para realizar determinados cambios en sus hábitos higiénico-dietéticos.
Los beneficios para la salud que supone la dieta FAFO
Los más significativos son cuando se combinan con el ejercicio físico. Este debe ser moderado, pero a ser posible realizarse durante al menos 30 minutos diarios, cinco días por semana. En caso de que resulte complicado realizarse con la máxima regularidad que se pueda.
Opciones como caminar a paso rápido, correr, natación o el ciclismo resultan aconsejables, pero también se puede recurrir a cualquier otro deporte o actividad que ayude a la quema de calorías y grasas, así como a un mantenimiento físico óptimo.
Así, se contribuye a bajar de peso, controlar la presión arterial y la hipercolesterolemia, y a retrasar el deterioro cognitivo. La práctica habitual de ejercicio físico también ofrece protección contra enfermedades crónicas como la diabetes o el Alzheimer.