Prepagas: el 5% de los afiliados se daría de baja por los aumentos de las cuotas
Por las subas en las cuotas de las prepagas en enero y febrero, y las que se esperan para marzo, se daría de baja un 5% de los afiliados. El cálculo surge de la Unión Argentina de Salud (UAS), que prevé una salida del sistema de la medicina privada de socios que no podrán afrontar los aumentos anunciados.
Mientras no haya facilidades o alternativas más económicas, sostienen que la caída sería inevitable y se daría entre este mes y el próximo. La semana pasada, varias prepagas activaron promociones para nuevos clientes con descuentos de hasta el 50% que no alcanzan a afiliados actuales. Además, las compañías analizan lanzar planes parciales, con precios low cost y menos prestaciones.
Según Claudio Belocopitt, titular de UAS y presidente de Swiss Medical Group, la creación de planes alternativos con copagos y menos servicios de cartilla, ayudará a retener a ese 5% de afiliados que la entidad proyecta que las más de 1500 firmas integrantes perderán. Pero, hasta ahora, no hay confirmación al respecto. "Haremos lo posible para contener a la mayor cantidad de afiliados en el sistema. Pero lamentablemente habrá una caída", pronosticó.
A la par, se triplicaron las consultas por coberturas más baratas en algunas prepagas y sitios especializados que dan recomendaciones a usuarios que buscan alternativas para bajar de plan o cambiar a otra empresa.
"La aceleración se dio desde la implementación del DNU de Javier Milei, que desregula los precios de la salud, permitiéndoles a las prepagas disponer libremente los aumentos de los aranceles, cuando antes eran aprobados por el Ministerio de Salud y la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS). La gente se asusta y busca opciones más económicas. Dependiendo de sus necesidades, los orientamos hacia el plan más conveniente", sostuvo Fabien Barralon, CEO y cofundador de la plataforma Elegimejor.net.
Según datos de este sitio, en 2023 esta tendencia ya se observó frente al aumento de las cuotas. Casi seis de cada 10 (el 56%) de los argentinos consultó por otro plan porque el precio mensual le pareció "demasiado caro para su situación económica". Este número se compone de un 41% al que le cuesta pagar la cuota y busca coberturas más económicas y un 15% que aún pueden afrontar las subas en las cuotas, pero considera que "se está complicando y prefiere ver otras opciones".
El sector cuenta con 6,5 millones de beneficiarios (entre titulares y grupos familiares), de los cuales un 70%, 4,5 millones, son usuarios corporativos, es decir, a quienes sus empleadores les pagan la prepaga o derivan aportes a una obra social con convenio con estos financiadores. El resto, un 30%, 1,5 millones, son "voluntarios" o "directos puros", es decir, particulares que abonan el plan completo. Un 5% de las bajas equivaldría entonces a 325.000 personas que recaerían en las obras sociales o el sistema público.
El impacto de la pérdida de afiliados en las prepagas
La mayor caída se daría en este segmento de particulares de clase media que, con el poder adquisitivo en picada y planes que superan los $ 100.000, se desafiliarían. En su mayoría, son trabajadores independientes o monotributistas que pagan de su bolsillo el total de la cuota.
"Es un segmento que en la relación costo-beneficio considera más caro afrontar las subas en las cuotas que asumir el riesgo de perder la cobertura, porque son los que menos se enferman y pueden sumarse al grupo familiar o recibir la prestación de una obra social", señaló Hugo Magonza, director general de Cemic y miembro de Consejo Directivo de la UAS.
"Siempre es mala la pérdida. Los jóvenes y sanos financian a los adultos mayores y enfermos", agregó, y detalló la importancia de este grupo para sostener los gastos de tratamientos costosos para pacientes con discapacidad o enfermedades crónicas y terminales: "En nuestros cálculos, un 3% asume el 46% del costo de estos conceptos".
"En los años '80, la afiliación creció a altas tasas, basada en un modelo de libertad de contratación y planes adaptados a la necesidad de la población. El servicio era tan apreciado que todos quería obtenerlo, aun pagando de su bolsillo el 100% de la cuota. Hasta que el Estado reguló al sector, obligando a las empresas a cubrir conceptos, trasladando estos mayores costos, obviamente, a los afiliados que ya estaban en el sistema. Se vulneraron los acuerdos entre partes y se obligó a los afilados a pagar "integralmente" por el 100% de su cobertura", recordó Magonza.
Una fuente que pidió reservar su identidad señaló que se intentará cuidar la cartilla de este universo para que el impacto sea el menor posible. "Por más que se aumente la cuota, si salen afiliados del sistema, habría una estructura de prestadores que quedaría sobredimensionada, mientras que el sistema público, que ya no tiene más capacidad para absorber pacientes, se colapsaría", explicó.