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Abogada asesinada junto a su pareja quería abrir una fundación para ayudar a niños

Allegados a la pareja recuerdan a la mujer como una persona dispuesta a contribuir al bienestar de los demás y una figura querida en el pueblo.

Edwin Montoya Araya y Carolina Herrera Alvarado fueron asesinados a balazos la noche del domingo en Osa, Puntarenas.

Un doble homicidio marcó la jornada del domingo en Palmar Norte de Osa, en Puntarenas. Esa noche, Edwin Montoya, de 42 años, y su pareja, la empresaria local y abogada Carolina Herrera, de 44, fueron brutalmente asesinados.

A las 10:30 p. m., la pareja se desplazaba en un vehículo mientras ingresaban a la finca donde vivían con el hijo menor de Carolina. Fue en ese momento cuando fueron interceptados por un agresor que los esperaba con un arma de fuego. Ambos cuerpos quedaron tendidos en la vía pública: el de la mujer cerca de la puerta del acompañante y el del hombre al otro lado del carro, también sobre la calle.

Los allegados, especialmente aquellos que compartían vínculos estrechos con Herrera, ya sienten su ausencia. Geylin Vega, de 33 años, amiga de la víctima a pesar de residir en Guanacaste, recordó su amistad y los planes que tenían.

Conoció a Herrera en el ámbito político, cuando la abogada fue candidata a la alcaldía de Osa, por el Partido Nueva Generación en el 2020. Aunque no resultó electa, ganó valiosas amistades, como la de Vega. “Teníamos en proyecto formar una fundación para ayudar a niños. Hace dos años nosotras trabajábamos en ello. Llevábamos regalitos a los niños y cosas que necesitaran”, manifestó en entrevista con La Nación.

A pesar de la pausa en el proyecto por el traslado de Geylin a Guanacaste, la iniciativa era un tema recurrente en sus conversaciones. Vega la describió como una persona dispuesta a contribuir con el bienestar de los demás y una figura querida en el pueblo.

Otro usuario en Facebook, identificado como José Castillo, también escribió palabras amorosas para recordar a la fallecida: “Amiga mía, te quise como se quiere a una hermana y me queda el bonito recuerdo, que te lo dije muchas veces. Te vi ser feliz los últimos tres años de tu vida y eso me consuela”.

‘Estoy empezando a ser feliz’

Otra amiga que habló con este medio, quien prefirió permanecer en el anonimato, compartió que la relación de la pareja tenía al menos tres años. Recordó las palabras de Carolina al hablarle de Edwin por primera vez: “Estoy empezando a ser feliz”.

Entre lágrimas, reveló que Herrera vivió anteriormente en una relación abusiva, en la que fue víctima de agresiones por parte de su entonces pareja. “Me mandó una foto con Edwin y todo, me dijo que estaba muy feliz porque los dos compartían el gusto por la ganadería”, agregó.

Carolina estaba muy feliz con su novio Edwin, pues compartían el gusto por la ganadería.

En redes sociales, la pareja solía compartir momentos afectivos y utilizaban el espacio para aclarar malentendidos o situaciones personales. Por ejemplo, el 9 de diciembre anterior, Montoya desmintió rumores sobre una posible afectación comercial y su pareja respondió citando a Don Quijote de la Mancha: “Qué cansado amor....ladran Sancho, señal que cabalgamos.”

En su perfil, Herrera compartía mensajes como: “Ser un buen papá, empieza con respetar a la mamá de tu hijo”, y memes relacionados con separaciones, como uno que ilustra a un hombre llorando detrás de una mujer porque debe pagar la pensión, con el comentario: “Automáticamente te vuelves la mujer más desgraciada del planeta para él y todos sus encubridores”.

Caso en investigación

El móvil del crimen permanece en investigación, y hasta el momento, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) no realizó detenciones relacionadas con el caso. No obstante, los amigos de la pareja externaron sus preocupaciones.

Por ejemplo, otra persona cercana a Carolina, que también optó por guardar su identidad, indicó que la mujer enfrentaba numerosos problemas, incluyendo disputas legales con allegados por sus propiedades, una tienda de pasamanería y cabezas de ganado.

“Incluso le robaron un camión ganadero y una Toyota Prado. Le hicieron las cosas arrebatadas a la fuerza”, mencionó. En la misma línea, recordó el generoso espíritu de Herrera: “Carolina se quitaba el bocado de la boca para dárselo a una persona que lo necesitaba”.

Las propiedades y el ganado de la mujer eran fruto de una herencia recibida hace 23 años al fallecer su padre. Además, parte de sus bienes eran el resultado de su esfuerzo como abogada y notaria en su propio despacho.

Herrera dejó dos hijos, de 23 y 14 años, fruto de una relación anterior. Su pareja, Edwin Montoya, dejó dos hijos de 19 y 15 años.

Abogada y ganadero asesinados a balazos en Osa

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