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Pablo de la Peña: La educación es la clave de todo

Pablo de la Peña: La educación es la clave de todo

En seis meses estaremos eligiendo por primera vez en nuestra historia a la primera presidenta de México, al menos en este momento todo parece indicar que así será, dadas las pre-candidaturas oficiales.

Pero más allá de que este hecho por sí mismo será histórico, me gustaría pensar que también sería histórico si la nueva presidenta toma en serio los grandes retos que tenemos como país.

Para mí, los grandes retos son la reducción de la pobreza, el crecimiento económico, el mejoramiento de la calidad educativa, la seguridad pública y tener un estado de derecho libre de corrupción. Quizá cada quien podría encontrar más retos sin duda importantes, pero déjenme explicar por qué creo que estos para mí son fundamentales.

Creo que en gran medida, la reducción de la pobreza es posible si mantenemos un crecimiento económico equilibrado y sostenido; aunque también reconozco que dada las grandes desigualdades estructurales que tenemos en el país, existen comunidades y sectores que deben tener una intervención directa del Estado que les permita construir sus propias oportunidades, y crear condiciones crecientes de progreso. Sin embargo, para mantener tasas de crecimiento económico sostenibles y equilibradas es necesario que existan las condiciones pertinentes de confianza en el mercado, y que existan recursos productivos suficientes y de calidad. Aquí es en donde entra el tema de la calidad educativa. Si bien, México ha tenido avances importantes en sus niveles de productividad y sin duda en la calidad de su manufactura, necesitamos todavía dar los siguientes pasos para que todos nuestros sectores económicos gocen de la misma productividad y calidad, y no solo sea en la industria de la manufactura de exportación.

Nuestro sector comercial, específicamente el comercio al detalle que es en donde se concentra la mayor proporción de micro y pequeñas empresas, y que además la gran mayoría son informales, tienen los más bajos niveles de desarrollo tecnológico pues la mayoría son micro-empresas familiares de alimentos o, abarrotes y son de mera subsistencia; es decir, cuando el patriarca o la jefa de familia que lidera el negocio fallece también fallece el negocio, e insisto, son informales. Creo que, si el nivel de preparación formal se incrementa, de las personas que se autoemplean en este tipo de negocios, se incrementaría la probabilidad de permanencia y la transición entre generaciones, así como quizá, se mejoraría la calidad de los servicios y la productividad de tales negocios, llevando a emplear no solamente a miembros de la familia, sino a otras personas fuera del círculo familiar.

Por otro lado, la educación no solo tiene un impacto positivo en la productividad de los negocios, ya sean micro, pequeños o grandes; sino que también puede contribuir a que la sociedad, en lo colectivo, sea más exigente y comprometida para resolver los problemas a los que se enfrenta. Incluso, me atrevería a decir que un mayor nivel educativo, tanto en calidad como en cantidad, podría contribuir a tener mejores candidatos a posiciones para el servicio público en todos los partidos políticos. Aunque conviene reconocer que una mejor educación no asegura necesariamente que sean mejores servidores públicos, pero sí creo que incrementa la probabilidad de ello.

Adicionalmente, una mejor calidad educativa puede contribuir a tener personas con mayor capacidad para ejercer sus responsabilidades en las diferentes instituciones que ayudan a mantener el balance del poder en nuestro país (Poder Legislativo, Poder Judicial y Poder Ejecutivo) tanto a nivel federal como a nivel local.

Esto nos lleva a que podamos tener entonces un mejor Estado de Derecho, es decir, a que podamos diseñar e implementar Leyes pertinentes y justas que se cumplan por todos y se apliquen con independencia. En otras palabras, que no haya vicios que permitan la permeabilidad ante actos de corrupción.

Finalmente, creo que si todo lo anterior se cumple; esto es, mejor educación, mejores y mayores oportunidades de auto-empleo, crecimiento económico sostenido y equilibrado, menores niveles de pobreza y un Estado de Derecho robusto, los problemas que actualmente tenemos de inseguridad se podrían reducir y evitar de manera significativa, y entonces si tendríamos una estrategia sostenible de prevención en vez de contención, que claramente no está dando resultados en la actualidad.

Sin lugar a duda para mí el tema de la educación es fundamental, es la clave de todo. Hay quienes podrían decir que estos resultados derivados de mejorar el nivel educativo son de largo plazo.

Pero yo pregunto, seis años ¿qué son? ¿corto, mediano o largo plazo? Creo que en seis años se pueden hacer cambios sustanciales y también creo que uno de los cambios que no hemos logrado hacer de manera contundente en nuestro país, es precisamente el tema educativo. Los esfuerzos de la política económica y de los programas sociales actualmente son meramente paliativos que lejos de hacer frente de manera efectiva a nuestros retos como país, solamente crean condiciones inerciales para pasar de un sexenio a otro.

Si la nueva presidenta de México, quien quiera que sea, quiere hacer historia más allá de ser la primera mujer presidenta, será momento entonces de hacer un cambio fundamental en el sistema educativo de nuestro país.

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