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Fidel Salazar: ¿Qué es lo que más preocupa a los periodistas?

Fidel Salazar: ¿Qué es lo que más preocupa a los periodistas?

Acciones de triple impacto.

Perder la credibilidad en un entorno de escaso personal, caída en los ingresos por anuncios, aumento de las redes sociales y líneas cada vez más borrosas entre lo publicidad y lo editorial podría resumir perfectamente los principales desafíos del periodismo en estos tiempos, según el reporte de Cision, Global State of the Media Report.

En su edición número 14 de esta encuesta anual con periodistas de todo el mundo, la empresa líder del mercado en envío de comunicados, relación con medios y monitoreo de noticias, entre otros servicios, preguntó a 3,132 reporteros, editores y columnistas, sobre sus mayores preocupaciones.

Si bien, en términos generales, los profesionales de la comunicación pública valoran las ventajas que las redes sociales y la inteligencia artificial aportan a su labor informativa, los alarma la expansión de fake news y la falta de criterios para validar datos e información en internet.

Un aspecto interesante de este reporte es que tanto periodistas como sus organizaciones coinciden en que asegurar la exactitud de sus contenidos es su prioridad más importante, pues les preocupa ser percibidos como una fuente confiable de información, ante el crecimiento de las “fake news”.

En esta línea de pensamiento, resulta por demás interesante que los encuestados consideran que las fuentes más confiables para obtener información son, en el siguiente orden, las grandes agencias noticiosas, como Reuters, AP, Bloomberg; en segundo lugar, los expertos de la industria; seguidos por los comunicados de prensa, y los voceros.

La confianza que seamos capaces de transmitir sobre la calidad y exactitud de la información que compartimos adquiere cada vez mayor valor.

En estos tiempos en que un software puede crear noticias e imágenes falsas con apariencia veraz, es importante reforzar la credibilidad de la información con fuentes adicionales y asegurarnos de que las comunicaciones oficiales tengan elementos clave y distintivos que los separen claramente de las “fake news”.

Como lectores, debemos estar alertar y ejercer un sano escepticismo hacia la información que recibimos, aunque tiene toda la apariencia de veracidad.

Entre más escandalosa y atractiva parezca la noticia, más cautos debemos ser para no ser cómplices involuntarios de las campañas de desinformación emprendidas para afectar la reputación de distintos actores o impulsar agendas de interés ajenas.

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